domingo, 25 de enero de 2009

Por España


Corren malos tiempos para aquellos que sentimos la Nación como un concepto indiscutible. Nuestros ideales se ven aplastados continuamente por una cohorte de personajes cuyas palabras o acciones tienden a oponerse a la noción y sentimiento de unidad que la palabra España trae consigo. Nefastos nacionalismos periféricos de aldea buscan continuamente sus propios fines a costa de la destrucción de la única nación aquí existente, a la par que algunos poderosos consienten a los primeros en sus ambiciones, normalmente por razones de apoyo político o electoral.


Todavía existimos algunos a los que nos preocupa fundamental y principalmente nuestro país, siendo todo lo demás secundario. Los asuntos como la construcción de una carretera que pase por mi barrio o la presencia de humedades en el hueco de la escalera de la finca que habito son temas que hay que tratar puntualmente cuando surgen, pero no es lo fundamental en la escala de valores e ideales y, sinceramente, me importan muy poco. Sin embargo, si echamos un vistazo a la prensa diaria y más aun si nos remitimos a esos espantosos periódicos gratuitos que se reparten cada mañana, pareciera que los problemas más importantes son esos. Seguramente conviene que la gente piense así y se ha hecho creer que eso es lo primordial, cuando no es cierto. Hay que tener miras más altas.


Es bastante mejor que nos guíe la frase de Kennedy: “No preguntes a tu país lo que puede hacer por ti, sino que puedes hacer tú por tu país”. Con ese espíritu sí se puede afrontar el futuro; preocupándonos sólo por el coste de la vida no; además la economía está muy relacionado con lo primero. Hay que afrontar la crisis pensando en qué es lo mejor para los ciudadanos, no aquello que más conviene a los políticos.


No viene mal recordar tampoco el brindis de los antiguos Tercios de Flandes que escribió el ilustre militar Diego Hernando de Acuña y que creo recordar figura en alguno de los libros de Pérez Reverte. Leyéndolo, encontramos en su espíritu un ideal al que todos hemos de apuntarnos. Lo demás es accesorio.


"Por España, y el que quiera
defenderla, honrado muera.
y el que traidor la abandone,
no tenga quien le perdone,
ni en tierra santa cobijo,
ni una cruz en sus despojos,
ni las manos de un buen hijo
para cerrarle los ojos."



Pocas personas quedan dispuestas a defender pacífica pero firmemente nuestro país para conseguir que España sea una nación respetada, próspera y libre. Sin embargo, ése debiera ser el espíritu que ha de animarnos y el que hará que muchos de los problemas secundarios se arreglen.
Fuerza y Honor.

1 comentario:

Fran Capitán dijo...

Hola, Chinito.

No sabes cuánta razón tienes: nuestra nación está perseguida, cuestionada, acosada, negada... Se agotan los verbos. Es un excelente artículo que viene que ni pintado para la temática general de 'Mil naciones'. Te felicito, amigo.

Siento no haber podido comentarte nada estos días en los post de los 'funicionarios', pero es que he andado en otras cosas. Respecto a Facebook, tienes razón: no he querido dar la impresión de que sea un sitio maléfico, al revés; en realidad, me parece que tiene muchas más cosas buenas que malas. Sólo quería advertir a los que tenéis hijos de que, si cuelgan sus fotos e información en estas redes sociales, puede haber gente despiadada que se aproveche de ellos o de nosotros. Pero como bien dices, en el punto medio está la virtud, gran Buda de Madrid.

Un fuerte abrazo, Chinito