martes, 23 de febrero de 2010

Para ti


Miércoles, 4 de Ventoso. Día del aligustre.

Como es el que esto escribe ya no es un mozo, anda cada día más rememorando episodios de su vida prétérita y bucea en los recuerdos de la juventud perdida, que quizás no fue mejor que la época actual pero indudablemente en aquellos tiempos era bastante más guapo que ahora. Después de cavilar un tiempo llega uno a la conclusión de que todos aquellos que vivimos esa etapa gloriosa de principios de los 80 teníamos mucho en común. Una generación rebelde aunque aseadita, donde la estética postmoderna y pseudopunk ocultaba en su interior ideales de libertad que nunca se fueron y vuelven a aflorar en estos tristes tiempos para señalar críticamente los desbarajustes que día tras día se cometen.

Muchos de los miembros de aquella Gran Generación, que anduvimos con nuestra música y nuestros sueños por los sitios de moda de aquel entonces, andamos enfrascados hoy en la pugna contra la progresía demoledora y el cáncer nacionalista que todo lo corroe. Curiosamente la mayoría de los artistas de esa época no engrosan las listas de titiriteros de la ceja, lo cuall dice bastante

En su libro La ciudad que fue, Federico Jiménez Losantos opina que la canción principal de aquella movida madrileña que acabó con el predominio cultura y musical de Barcelona fue el famoso Para ti, mítica canción de amor compuesta por el grupo Paraíso, precursor de La Mode, que también la incluía en sus actuaciones. Un servidor también apoya tal teoría

En realidad, no se sabe muy bien a quien va dirigida la letra, pero en ella se averigua el espíritu de una generación que todavía pervive y se enfrenta con mayor o menor energía al pensamiento único y a toda imposición más o menos encubierta o disfrazada de buen rollito.

Texto

Video

Parafraseando la letra de la inmortal canción, nosotros ya no tenemos quince años y ya no podemos rascarnos la melena pero seguimos viviendo en tiempos asesinos y seguimos siendo generadores nuestros escritos. Seguimos sin soportar los rollos horribles que nos pretenden colar algunos y al frente se abre un horizonte de esperanza donde las Cortes dejen de ser un cine mudo y se olviden las lenguas viperinas y los críticos seniles para los nuevos tiempos donde las ideas de España y Libertad estén en la mente, el corazón y el espíritu de todos.

Para ti queremos otear el paraíso.

viernes, 19 de febrero de 2010

El dedo, la palabra y las gónadas

Cuenta la historia que, allá por la Guerra de los Cien Años, los soldados franceses tenían la piadosa costumbre de cortar el dedo corazón de la mano a los arqueros ingleses a los que capturaban, dejándoles así inútiles para volver a utilizar su arma. Fue entonces cuando los ingleses adoptaron el gesto de levantar dicho dedo en actitud desafiante a sus enemigos para mostrarles que todavía podían apiolarles.

Otras fuentes atribuyen incluso a la época romana el origen de tal levantamiento dedil. Sea cual sea el comienzo, tal gesto despectivo ha sido adoptado por la humanidad de modo frecuente y puede interpretarse de diversos modos siendo “Que te den” el más frecuente. Evidentemente no es una actitud muy adecuada pero ya dicen los eruditos que todo hay que analizarlo en su contexto.

Muy recomendable debe ser tener un comportamiento paciente en casi todas las situaciones, pero ante los que atacan inmisericorde y pertinazmente llega un momento en que se hace verdad aquella frase que el protagonista de una película daba después de propinar un puñetazo a un estúpido: “La paciencia me estaba matando”.


Gran mayoría de medios critican ayer el gesto de la peineta que Aznar dedicó a un grupo de personajes —por calificarlos de algún modo— que intentaban reventar su acto en Oviedo a la par que le dedicaban insultos gravísimos y calumniosos. Sin embargo, el democrático comportamiento de los radicales ha quedado ensombrecido ante el aluvión de críticas que se le dedican al ex-presidente. Conviene recordar al efecto que hace unos años precisamente, el rey Borbón hizo lo mismo a un grupo de batasunos que le abucheaban y a todos pareció bien.


Pero Aznar sigue levantando ampollas en los amigos de lo moderno, quizás por que le odian, o más bien porque le temen. El caso es que sigue al frente del bestiario progre seguido muy de cerca por Aguirre y después por todos aquellos que adoptan una actitud crítica exenta de tibiezas a la hora de señalar los disparates, desatinos y atrocidades cometidos en nombre de un supuesto progreso. Entre estos se cuentan también aquellos que no vacilan en fustigar con la palabra como es el caso de Federico, vapuleado asaz y continuamente por los artesanos de lo políticamente correcto, mientras aquellos que le seguimos y apoyamos somos tachados de apologistas de la violencia verbal o simplemente de radícales o de fachas, según de donde vengan las dedicatorias.


Tiene su encanto, no obstante, el ser un proscrito o que le ataquen a uno. Mantiene el espíritu renovado —por aquello de la juventud rebelde— y además se tiene la agradable sensación de luchar contra lo establecido, pues es una de las pocas maneras de cambiar el mundo y también de arreglarlo, como es el caso en el que nos hallamos.


Aznar con un par, sí señor.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Miércoles de Ceniza


Miércoles, 28 de Pluvioso, jour du Cyclamen (una flor preciosa, por cierto).

Los mortales solo somos sombras y cenizas, Máximo. La frase que dirige el jefe de gladiadores al esclavo hispánico que se luego se convertiría en Gladiator cobra hoy toda su vigencia cuando se nos recuerda la levedad del ser y su vuelta a la tierra tras ese breve suspiro que conocemos como existencia.

Y, sin embargo, muchos intuimos que más allá del Sic transit gloria mundi hay otra vida además de este valle de lágrimas. No hace falta ser católico practicante para ello, simplemente creer en “algo” que, hoy en día, ya es mucho. El laicismo imperante encamina al hombre a una triste vida sin esperanzas, suplidas por cosas materiales que nunca podrán sustituir la presencia del espíritu y a olvidar que en todo hombre existe una certeza de inmortalidad que es innata e intuitiva. No hacen falta pruebas ni argumentos para lo que el corazón sabe a ciencia cierta.

Estas reflexiones asaltan al escribano virtual que se dirige a vosotros en esta tarde nublada, justo después de haber acompañado a su hijo a recibir la ceniza en este miércoles comienzo de la Cuaresma. Hacía tiempo que no iba y, la verdad, ha resultado reconfortante, a la vez que transmite una sensación de serenidad que surge precisamente del convencimiento de que existe un mundo mejor. No obstante, debemos de esforzarnos en que éste sea lo más llevadero posible para nosotros y para los demás.

Pasad buena tarde, blogueros.


domingo, 14 de febrero de 2010

25 de Pluvioso.



Todos sabemos que hoy es 14 de febrero de 2010, día de San Valentín según el calendario gregoriano. No obstante, como un servidor es republicano y amante de lo francófono se permite recordar a la escasa concurrencia que lea este artículo que también es 24 de pluvioso según el calendario republicano francés, que estuvo vigente durante la Revolución.

La idea original no era mala ya que muchos intuyen que el año nuevo comienza realmente a la vuelta de las vacaciones de verano, cuando la actividad se retoma y todo lo que se ha detenido durante el estío vuelve a ponerse en marcha. Sin embargo, presenta inconvenientes como ya veremos.

El primer día del año (1 de Vendimiario) comenzaba al día siguiente del equinoccio de verano, medido en el Observatorio Astronómico de París. Ahí está el primer problema, ya que el primer día del año es variable, si lo comparamos con nuestro calendario habitual. Los meses eran también 12 y tienen 30 días siempre, por lo que al final sobran 5, que eran festivos (los llamados “días complementarios”). Además, cada cuatro años había que añadir uno, como en nuestros bisiestos (el llamado Día de la Revolución).

Los 12 meses se dividen en cuatro grupos de tres. Cada grupo corresponde a una estación comenzando por el otoño y el nombre de los meses de esa estación tiene un sufijo común. Los prefijos de los nombres están relacionados con fenómenos metereológicos o cíclicos propios de cada época del año. Así, para este año que comenzó el 23 de Septiembre (el equinoccio fue el 22) nos encontramos con el siguiente resultado:

Vendimiario (de la vendimia) Del 23 de septiembre al 22 de octubre
Brumario (de las brumas) Del 23 de octubre al 21 de noviembre.
Frimario (de las escarchas, ya que en francés frimas significa escarcha) del 22 de noviembre al 21 de diciembre.

Nivoso (de las nieves) 22 de diciembre - 20 de enero.
Pluvioso (de las lluvias) 21 de enero - 19 de febrero.
Ventoso (de los vientos) 20 de febrero - 20 de marzo.

Germinal (de las semillas) 21 de marzo - 19 de abril.
Floreal (de las flores) 20 de abril - 19 de mayo.
Pradial (de los prados) 20 de mayo - 18 de junio.

Mesidor (de la recolección, del latín messis que significa cosecha)) 19 de junio - 18 de julio.
Termidor (del calor) 19 de julio - 17 de agosto.
Fructidor (de los frutos) 18 de agosto - 16 de septiembre.

Sin embargo, este año como el equinoccio de otoño de 2009 fue el día 22 de septiembre, el calendario comenzaría el 23, por ello hoy es 25 de pluvioso, Día de la Liebre. El calendario eliminó el santoral católico —camino llevamos de lo mismo—y dedicó cada día a un animal o una planta. Así podremos celebrar el día de la Patata (11 de Vendimiario) o el de la Gallina (5 de Germinal), por ejemplo. Muy ecológico todo y muy moderno.

En fin, un divertimento para pasar el rato. De todas formas, no sé si le estoy dando una idea a ZP, porque éste, con tal de cambiarlo todo, lo mismo nos tenemos que aprenderlo. Además queda muy progre.

Feliz día de San Valentín a todos, lo contemos por el calendario que sea. Aquí dejo un enlace a un documento que lo explica.

sábado, 13 de febrero de 2010

¿Saben aquél que diu?

Hubo un tiempo en que los españoles no recelaban unos de otros en función del territorio en que vivían, entre otras cosas porque en esa época no había autonomías o tal desaguisado estaba comenzando a perpetrarse. De este modo, los catalanes eran vistos como otros compatriotas más; con unas particularidades propias de su región, eso sí, pero que no iban más allá de la lengua o de los típicos tópicos que puedan establecerse entre las distintas regiones que forman una nación, hecho éste que acontece en todos los países del mundo.

En esos recordados tiempos de finales de los setenta y principios de los ochenta apareció en las pantallas de nuestros televisores un tipo catalán entrañable y muy serio que fumaba como un carretero y consumía güisqui a la par que contaba unos chistes graciosísimos. Un personaje de esta guisa hubiera resultado hoy probablemente bastante incorrecto a los ojos de los bienpensados amantes del pensamiento único, pero entonces el gran Eugenio consiguió las simpatías y el afecto de todos los españoles.

Hace años que falleció, pero sus chistes memorables pueden seguir escuchándose en una página que promueve su hijo Gerard Jofra, que es asimismo el promotor de un espectáculo llamado Reugenio, en el que se recrean las genialidades del insigne humorista.

http://www.elsabenaquelquediu.com/

No puede saberse lo que pensaría Eugenio hoy día viendo la deriva de su querida Cataluña hacia el separatismo rampante. Sin embargo, Gerard Jofra ha apuntado la posibilidad, bastante plausible por otra parte, de que al genial cómico no le gustaría mucho la situación, ya que era “un tío que unía” y era querido en toda España, por lo que andaría hoy más preocupado por el paro que por el Estatuto. Y explica además que tal rechazo sería "por cómo se está actuando políticamente y cómo lo hacen desde nuestro territorio, cosas que yo no comparto”.

Noticia en LD

Tan razonables declaraciones le han valido al hijo de Eugenio airadas críticas de los sectores más separatistas del oasis, que vuelven a sacar de paso las viejas historias de que España expolia a Cataluña y otras cansinas historias. Nada nuevo en estas gentes, por otra parte.

Por eso es mejor quedarse con el humor de Eugenio y sus chistes, y que ayer recordaba Gerard en una entrevista a César Vidal, de la cual queda aquí el enlace. En ella se nos viene a recordar que el espíritu de las buenas gentes permanecen aunque ya no estén con nosotros.

Video



lunes, 8 de febrero de 2010

El origen de los gilipollas

Ya decía el Eclesiastés que el número de necios es infinito, y tan bíblica máxima se sigue perpetuando hasta nuestros días, más si cabe en nuestro país donde un dicho popular afirma que en España ya no cabe un tonto más. A los tontos se les han aplicado gran variedad de epítetos en la lengua del Imperio, pero sin duda uno de los más duros es el de “gilipollas”, utilizado para designar a todo aquel necio elevado a la potencia máxima.

Pues bien, los gilipollas se originaron en Madrid, que como se sabe es el centro del mundo y de él surgen todas las cosas. Allá por el siglo XVI, hubo un alcalde de la Villa y Corte —y Confección, que diría el gran Coll, a quien Dios tenga en su Gloria y en sus chistes— llamado Gil Imón, que tenía dos hijas en edad casadera aunque bastante difíciles de colocar por ser bastante feas y, a la sazón, también tontas. El regidor se hacía acompañar por ellas a todos los sitios donde acudía en virtud de su municipal cargo, posiblemente con la esperanza de que el carisma de su rango fuera atractivo a algún jovenzuelo que tuviera a bien fijarse en aquellas damiselas que, al fin y al cabo, eran las hijas del alcalde.

En aquellos tiempos, a las jovencitas se les solían llamar “pollas o “pollitas”, palabra ésta que hoy ha degenerado en otro significado tan procaz que nadie de buen gusto se referiría hoy a una moza con tal vocablo. A causa de todo ello, se creó una asociación mental entre D. Gil y sus muchachas de modo que la plebe empezó a considerarlos como un todo indivisible.

“Aquí están D. Gil y sus pollas”.

Dada la fama de marmolillos o lentas de entendederas que tenían las mozuelas, la frase degeneró hasta “Gil” y “pollas”, convirtiéndose en una cita que aludía a la torpeza en las cosas del intelecto, de modo que para referirse a todo lelo o bobo de solemnidad el vulgo empezó a señalar a las pollas de D. Gil Imón. De ahí pasó a su contracción moderna, “Gilipollas”, que ha llegado hasta nuestros días.
Nos hallamos pues, ante otro invento que añadir a la larga lista de contribuciones a la tecnología y a la cultura mundial que han surgido en este país (que diría un progre). Ahora ya sabemos que no sólo el botijo y las rosquillas del Santo son un invento hispánico. También lo son los gilipollas.




sábado, 6 de febrero de 2010

Apolo, dios de los helados.

Los disparates académicos siempre han sido fuente de risas en todas las épocas y se han publicado diversas antologías de los mismos. Los nuevos tiempos no podían ser ajenos a esta costumbre, agudizada además por el escaso nivel de los alumnos debido a las maravillas de la LOGSE (ahora LOE) y se ha publicado recientemente un libro sobre el tema que viene a corroborarlo.

Véanse algunas perlas como verbigracia:

Lutero se enfrentó al Papa de Roma porque no se quiso hacer una fotografía con sus tesis". La verdad es que Lutero no se quiso retractar de sus tesis, pero el “retrato” no tiene nada que ver con el “retracto”.

-Apolo: Dios de los helados y de los refrescos.

-Calvinismo: Movimiento de hombres calvos. (No sabía que yo era calvinista).

-Cantares de gesta: El Cid Campoamor y Leonardo di Caprio (por Bernardo del Carpio).

-Filósofos de la Ilustración: Beicon, Espinacca y Descartes (Parecen los ingredientes de una pizza).

-Conferencia de Berlín: La convocó Gunilla Von Bismarck (y sus conclusiones se publicaron el ¡Hola!).

AQUÍ

Puede resultar gracioso pero si nos ponemos a reflexionar dan ganas de llorar ¿Serán algunos de estos eruditos los que nos tienen que pagar la pensión? De ser así, dan ganas de apuntarse raudamente a la Beneficencia.

jueves, 4 de febrero de 2010

Cinco palabras

En aquellos tiempos de finales de los setenta, las mañanas parecían tener más luz y el aire de las calles invitaba a ser respirado con toda la fuerza de la juventud que dan de los dieciocho años cuando las tentaciones no pueden resistirse: ¿Por qué aguantar toda una mañana en una fría aula de la Universidad cuando afuera reina un mundo maravilloso? Era el momento en que este que os escribe se rascaba pensativo la melena, entonces tan abundante y hoy desaparecida, y desoyendo la voz de la lógica, tan débil a esa edad, se lanzaba frenético a la parada del autobús en busca del Paraíso que entonces residía en las calles del Madrid eterno.

Cualquier excusa valía: ir a ver unos discos de vinilo, una película mañanera con los amigos o lo que fuera, con tal de escapar de la prisión académica y zambullirse en el mundo de la libertad urbana, conjugándose de este modo el gusto por lo nuevo y el placer de infringir las normas. Bendita anarquía la de aquellos tiempos.

Uno de esos días luminosos que nos concede el invierno cuando tiene a bien hacerlo, vagaba sin rumbo fijo cerca del viejo café Comercial. Ya cansado de no encontrar aventuras, el estudiante de nuestra historia decidió sumergirse en las profundidades del Metro para emprender el retorno al hogar, aun cuando le parecía que el juego iba a terminar demasiado pronto. Por eso decidió quedarse un rato más a contemplar a los viandantes y, sobre todo, a los del sexo opuesto.

Antes los ojos de aquel observador comenzaron a desfilar lo que a él le pareció un maravilloso ejército de muchachas cargadas de libros y apuntes, o con la carpeta sobre el pecho con los brazos cruzados por encima como sólo las chicas saben hacerlo. Él era muy tímido entonces y nada decía aunque a más de una le hubiera tirado un requiebro; la belleza se desplegaba con todo su esplendor en la soleada y fría mañana alegrando la vista y el corazón de un joven que empezaba a vivir la vida y quería apurarla antes de tiempo.

Fue entonces cuando una se paró un momento ante el estudiante. Hoy no puede recordar su cara, pero aquel día le pareció salida de un idílico reino de cualquier historia mágica que pudiera imaginarse. Después de mirarle y antes de marcharse, de sus labios sonrientes sólo salieron cinco palabras, que sonaron como una sinfonía celestial:

— ¡Qué ojos tienes! ¡Qué ojazos!

Nunca es posible esperar lo inesperado. El aventurero de la mañana se quedó como un tonto sin poder articular palabra y apenas pudo esbozar rápidamente una sonrisa antes de que ella desapareciera en el bullicio de la multitud como una estrella fugaz que hubiera desafiado a la noche. Una historia de amor o un idilio quizás perdidos, pero que quedan como retazos de alegría en la memoria.

Han pasado más de treinta años pero el protagonista del relato aún conserva los mismos ojos azules que fueran objeto de tan preciada lisonja. Ya andan gastados por el tiempo, pero siguen contemplando el mundo con la esperanza de que en algún sitio no muy lejano sigue aguardando el país de las hadas. Sólo nos queda descubrirlo y darnos cuenta de que nada es imposible.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Por San Blas, la cigüeña verás…


…Y si no la vieres, año de nieves. El refrán se ha cumplido este año inexorablemente para desesperación de los apologetas de la fantasía climática. Las cigüeñas no han llegado, pero los buitres continúan volando sobre los restos de la vieja España que se resiste como gato panza arriba a abandonar sus tradiciones, una de las cuales es precisamente el culto a este noble varón de la Iglesia, patrón de los otorrinolaringólogos (casi se asfixia uno al decir el palabro) y protector de la garganta y de las vías respiratorias que nos dan la vida.


San Blas fue un médico y ermitaño que vivió en la actual Turquía durante los siglos III y IV de nuestra era, cuando todavía no existía la Alianza de Civilizaciones. Obró numerosos milagros en personas y animales (de más de dos patas) y cuenta la tradición que salvó de morir a un niño que se había atragantado con una espina de pescado, de ahí su fama a la hora de remediar las patologías de las vías aéreas, que nada tienen que ver con los aeropuertos ni con Maleni.

Fue martirizado durante la última —de momento— persecución de los cristianos, llevada a acabo por un sujeto llamado Agrícola, a la sazón gobernador de Capadocia, y que no debía tener muy buen talante aun a pesar de lo bucólico de su apellido. Sus captores le echaron a un lago, pero San Blas consiguió ponerse en pie y caminar sobre las aguas como Jesucristo, muriendo ahogados en cambio los guardianes que intentaron perseguirle. Finalmente fue decapitado por aquellas gentes tan tolerantes.

Su fiesta es celebrada en muchos pueblos de España que lo tienen como Patrón y en algunos, como es el caso de Yecla (Murcia), se confeccionan los panes de San Blas, que se bendicen y se entregan a los fieles (y supongo que a los infieles) para que los coman, debiendo rezar antes un Padrenuestro para que la bendición tenga efecto y el protagonista no se atragante. Asimismo, y aunque no hay que dar ideas al adversario, los progres pueden también conmemorar esta fecha como festividad laica, ya que los días comienzan a ser más largos y el fin del invierno comienza a verse más cerca (“Por San Blas, hora y media más”).

Mucho necesitamos de la ayuda del Santo en estos tiempos, pues malos vientos se respiran en la antigua piel de toro. Que San Blas nos ayude y entre un soplo de aire fresco en España.

lunes, 1 de febrero de 2010

2025: Una Odisea del Trabajo

—Buenos días, Carchenilla.

—Hola, Poyatos.

— ¿Cómo va la próstata?

—Hecha un asco. Eso de la próstata me sonaba a palabra rusa hasta que empecé a padecerla. Además con este frío, el venir a currar por las mañanas a la obra me supone un triunfo, sobre todo desde que cumplí los setenta y cinco. Tengo sabañones hasta en el epigastrio.

—No se queje del frío. Recuerde que el viento es el dueño de todo.

—ya, ya. Y usted, ¿qué tal lo suyo?

—Pues yo cada día ando peor de la cosa del reuma y la artrosis, pero voy tirando gracias a la ayuda del bastón que me es muy útil en mi jornada laboral. Quién iba a pensar que iba a ser un complemento imprescindible.

—A veces me dan ganas de jubilarme anticipadamente a los ochenta, pero es que me da miedo con la pensión que nos espera. El amigo Romerales cometió esa imprudencia y desde entonces no levanta cabeza… El otro día me dijo que andaba pensando en suicidarse. Y es que tener que renunciar al café con bollo de por las mañanas es muy duro. Ya hace tiempo que dejó de fumar, de comer y de cenar, pero el desayuno no, por Dios. Eso es lo último.

—Eso le pasa por no pensarse las cosas. Precisamente el otro día me dijeron de un chalado que se jubiló a los ochenta y tres.

—Hombre, andaría cansado ya el pobre.

— ¡Quiá! Si está en la flor de la vida. Yo creo que hasta los noventa y uno podemos tirar.

—¡Ay|

— ¿Qué le pasa?

—La ciática, que me ha dado una punzá.

—No se queje, hombre. Tenemos que levantar el país, aunque a nosotros ya no hay quien nos levante.

—Pues ha dicho Zapatero desde su residencia presidencial en el Hogar del Pensionista Progresista que lo mismo retrasan la edad de jubilación otra vez hasta los ciento diez años. O sea, del trabajo a la caja de pino.

—Pues yo lo veo bien. Es una tontería mandar a descansar a trabajadores natos como nosotros.

—A lo mejor tiene usted razón. Habrá que hacer un esfuerzo.

—Pues sí. Le dejo ya. Nos vemos en la consulta de Geriatría del ambulatorio como todos los miércoles.

—Salud, compañero.

—Salud.