martes, 27 de enero de 2009

La persistencia de la memoria

El tiempo lo devora todo inexorablemente, tal y como lo retratara Goya en aquel magistral cuadro que mostraba la alegoría de Saturno devorando a sus hijos. Los días, las semanas, los años transcurren y sólo quedan los recuerdos que se agolpan en nuestra mente como martillazos secos sobre una pared escrita de historias y sucesos. Las gentes pasan, las ideologías caducas agonizan. Todo tiende a regenerarse; sólo lo auténtico permanece.

Vivimos actualmente tiempos de ignominia, casi surrealistas, pero consuela pensar que todo es efímero y está sujeto al triste destino de su desaparición. Acabarán al fin los nacionalismos, se desvanecerá el pensamiento único como terrón de azúcar en la taza de café del tiempo y España volverá a ser esa tierra en la que la Libertad prevalezca como una idea fundamental y no sea una palabra vacía sujeta a las manipulaciones dialécticas.

Es bueno recordar el pasado para aprender de los errores cometidos y evitar así la condena de tener que repetirlos. La memoria nos permite no volver hacia atrás y caer quinientas veces en la misma piedra, como suele ser habitual en los hombres. Dalí supo expresar este mantenimiento de los recuerdos en “La persistencia de la memoria”, admirable obra pictórica que nos hace meditar cómo todo se funde en el crisol del tiempo, aunque su vaga sombra permanezca como recordatorio de lo que se debe y no se debe hacer.

1 comentario:

Fran Capitán dijo...

Hola, Chinito:

Ojalá tu predicción y tus buenos deseos para España se vean convertidos en realidad y desaparezca el nacionalismo caníbal que nos devora como nación, aunque no sé si hay motivos para el optimismo en ese aspecto. Me ha gustado mucho el montaje del cuadro de Dalí: siempre supe que Zapatero tenía mucho de surrealista. Muy buenas palabras y gran montaje, no como los míos, que son más bien chapucillas. Ya iré mejorando. En fin, que el Gobierno y su 'acción de desgobierno' es surrealista, tienes razón.
Un fuerte abrazo, amigo