lunes, 22 de junio de 2009

Matrix Hispaniae

Para los que vivimos intensamente esta época, es frecuente relacionar esta España de ZP con el mundo virtual de Matrix, la famosa trilogía de películas de ficción de los hermanos Wachowski. En ella se muestra una sociedad falsa y encaminada a hacer creer al hombre que vive una existencia normal, cuando su cruda realidad es que no deja de ser un esclavo de las máquinas.

Sin embargo, este país de las maravillas presenta aún matices más desoladores que la epopeya que Neo protagoniza. Allí por lo menos el mundo virtual era como el nuestro para ocultar que el mundo real había sido destruido y su aspecto actual era horrendo; aquí se nos pinta una especie de Arcadia feliz donde todo parece ir miel sobre hojuelas. Los problemas aparentemente parecen no existir y, si aparecen, son siempre invenciones de disidentes. Los buenos españoles sólo tienen que preocuparse de su cervecita y de su partido de fútbol, que todo va sobre ruedas. Y por la noche, a ver cualquier programa del corazón en la tele, que culturiza mucho ¡Ah, y no se preocupen ustedes, que España no se rompe! Eso son inventos de fascistas...


Afortunadamente, algunos ciudadanos, al igual que los habitantes de Sión de la película, decidieron tomarse la pastilla roja que hace ver la realidad tal cual es. Este pequeño núcleo de gentes libres lucha contra los poderosos agentes del pensamiento único que, al igual que el agente Smith y su corte de clones intentar silenciar las voces discordantes que se atreven a pensar por sí mismas y no según los dictados mediáticos de El Arquitecto.


El camino hacia Matrix


Españoles, tomaos la pastilla roja. Ya sé que el color no cuadra aparentemente con la situación, pero en este caso es la buena.

Fuerza y Honor.


sábado, 13 de junio de 2009

Hoy es San Antonio


Pues si, señoras y señores, hoy 13 de Junio es la festividad de San Antonio, que era portugués, pero que realizó gran parte de su vida y milagros en Italia, de ahí lo de San Antonio de Padua.

Famoso es este santo porque se le atribuye la virtud de encontrar lo que se nos ha perdido o estamos buscando (por ejemplo, novio o novia), siempre que a él nos encomendemos. En Madrid tiene una gran devoción popular, celebrándose una verbena en las cercanías de la ermita a él dedicada y que se encuentra en la Florida, zona situada en las inmediaciones de la Montaña del Príncipe Pío. A la ermita se la conoce popularmente como San Antonio de la Florida y en ella se encuentran los frescos pintados por el inmortal Francisco de Goya, que también está aquí enterrado.

Según la tradición, las jóvenes que acuden este día a la ermita han de meter su mano derecha en una pila de piedra llena de alfileres de costura y los que se le queden enganchados en la mano son el número de novios que les pueden salir ese año. Lo de los alfileres no lo inventó un masoquista, sino las antiguas modistillas de los tiempos del siglo XIX, que echaban primero sus alfileres en la pila y luego metían la mano para ver lo del novio.

Es cuestión, por tanto, de pedir a San Antonio que nos ayude y encuentre una persona que lidere este país y le conduzca por buen puerto. Eso sí que sería un milagro, y de los buenos.

jueves, 11 de junio de 2009

Calentamientos


Vivimos tiempos de calentamiento global y cambio climático, según unos cuantos agoreros que no se sabe muy bien que persiguen, aunque es de suponer que alguna forma de controlar a los ciudadanos se esconda tras la cosa. Resulta además demasiado coincidente que estos gurús estén generalmente en la órbita progre o de los ecologistas, algunos de los cuales van de la mano de los primeros y confunden de vez en cuando la protección a la Naturaleza con volver al troncomóvil de Pedro Picapiedra.

Los científicos no se ponen de acuerdo, pero muchos afirman que eso del calentamiento y el cambio climático es un despropósito. Además, prever lo que puede pasar dentro de cuarenta o cincuenta años parece incluso una irreverencia o un fútil intento de suplantar a Dios. Nunca los adivinos tuvieron éxito precisamente por eso; los designios del Señor son inescrutables y el futuro no está escrito, mal que les pese a esa cohorte de futurólogos que abundan en las páginas esotéricas y en las tertulias televisivas del corazón.

Más de una vez en los últimos meses de este invierno o principios de la primavera, el hombre de la calle se ha visto sorprendido por un aguacero que le dejó convertido en una mezcla de caldo de pollo y bonito del Norte, dejándole hecho un eccehomo. Mientras maldecía la hora en que salió sin paraguas (la verdad es que la sequía se acabaría cuando todo el mundo saliera a la calle sin paraguas, porque es cuando llueve) el sufrido viandante se acuerda de los defensores del calentamiento global, y no muy agradablemente, por cierto. Que nos vengan con estas historias cuando estos últimos meses han sido más bien fríos y lluviosos no deja de ser una broma cruel y de mal gusto.

En España si que hay un calentamiento global auténtico, que más bien es quemazón, porque cinco años con ZP producen una efervescencia térmica en las mentes y en los cuerpos que esto no hay quien lo resista.