lunes, 31 de diciembre de 2012

Un sueño más.



La vida nos da razones para reír, para llorar y también para soñar. Hubo un tiempo y un lugar, quizás mejor, quizás no, en que esas razones quedaban para la familia y los amigos, pero en la era de Internet el milagro cibernáutico ha hecho que ese círculo pequeñito con el que compartíamos nuestras alegrías, nuestras penas y nuestro sueños se haya agrandado hasta límites que jamás pensamos alcanzar; ese deseo sí se ha cumplido.

Dijo un sabio que la  la riqueza de un humano se mide por la cantidad y calidad de los amigos que tiene. En estos últimos años puedo afirmar sin temor a equivocarme que me hecho rico, rico en amigos y de los buenos. Del contacto etéreo y misterioso que surge de los dedos que aporrean un teclado se pasa un día a quedar con esas personas a las que no has visto nunca ni has oído su voz, pero sabes que merece la pena porque la intuición y el contacto diario a través del éter así lo afirman. Y nunca queda uno defraudado.

Hace ya varios años, no tantos pero que a veces parecen una eternidad, comencé a escribir en los blogs de Libertad Digital gracias a mi primo, que es el responsable de todo esto. Conocimos gente con la que nos unía nuestro amor a España y a la Libertad, esos dos valores que van unidos inseparablemente y junto a ellos, además de echar pestes de los políticos de turno, hicimos amigos a los que luego pudimos poner cara y voz en diversas reuniones al amor de una buena mesa. Sin embargo, un blog es una pequeña isla en el océano virtual y salvo que se sea un bloguero de la más alta élite, un prócer insigne o una famosoide de la prensa rosa, el número  de seguidores o amigos que puede conocer o con los que comunicarse es relativamente exiguo.

Pero llego un día en que aparecieron las redes sociales y acabaron con el auge de los blogs, como el video  mató a la estrella de la radio. En mi humilde opinión tienen defectos, sí, pero se compensan de sobra con sus virtudes, siendo la principal el poder relacionarse con muchas más personas y favorecer un encuentro más cercano y familiar. En una de esas redes, y tras gloriosos antecedentes en la blogosfera, nació La Llanura de Palmaria, uno de los mejores grupos del Caralibro hispánico en los que recalamos viejos blogueros, idealistas románticos y gentes de bien. Y para ellos, mis hermanos Palmaris, y todos los amigos de Internet va esta felicitación del nuevo Año.

Cuando llega el fin de año, mientras el viejo reloj de la Puerta del Sol da las campanadas que indican que pasó otro más, pensamos durante un instante —que es toda una eternidad— en las metas que nos planteamos, las vivencias, los buenos y malos ratos y, otra vez, en los sueños. Y uno de éstos es que podamos seguir viéndonos y hablándonos muchos años. Agradezcamos la vida, la amistad y los buenos recuerdos y sigamos valorando y buscando lo mejor para nuestra Nación que merece la pena, de veras. Porque ese sueño, como todos, nos permite saber que estamos vivos.

Feliz año, Palmaris, blogueros y amigos.

https://www.facebook.com/groups/lallanuradepalmaria/

sábado, 24 de noviembre de 2012

Hora sexta, hora sacra


Es innegable que España a lo largo de su historia ha producido grandes inventos que son aportaciones encomiables a la ciencia y a la tecnología mundial. Tres son, en la opinión de un servidor los principales hallazgos patrios: Las rosquillas del Santo, variables en función de cada pueblo o ciudad (verbigratia, en Madrid las rosquillas son de San Isidro, noble varón de la Iglesia); el botijo, al que habría que dedicarle un extenso tratado que excede de las humildes pretensiones de este artículo; y la siesta, a la que nos dedicaremos hoy.

El reposo postprandial (que dirían los cursis) tiene su origen en la regla de San Benito, que destinaba al descanso y silencio el período posterior al mediodía, la “hora sexta” romana.  Posteriormente, ese tiempo se trasladó a después de la comida, ya que la panza llena conlleva un aporte mayor de sangre a la zona gástrica y mesentérica, disminuyendo de este modo el riego sanguíneo del cerebro, lo que se traduce en la típica soñaera que nos acontece después de la pitanza.

Durante siglos, los bárbaros extranjeros (sobre todo, los anglosajones) veían con malos ojos esta hispánica costumbre y la achacaban a la desidia o a la pereza. Sin embargo, parece ser que un congreso médico anglosajón estudió el asunto y llegó a la conclusión de que la siesta ofrecía innumerables beneficios para el organismo, tanto a nivel cerebral como cardíaco y empezó a recomendarse que todo aquel que pudiera se echase un “cliso” (expresión típica de Murcia) de media a una hora después de las comidas.

Por ello, tal hora debe considerarse cuasi sagrada por la bondad que supone para la economía del organismo hacer un alto en mitad de la jornada. Mas, ¡ay! existen ciertos factores hoy en día que imposibilitan cada vez más el disfrute de ese momento casi místico y que ponen en peligro tan salutífera costumbre.

Así, es frecuente recibir a esas horas una llamada de teléfono en la que un amable señor o una simpática señorita nos interrumpen en nuestro éxtasis para interesarse en nuestra conexión a Internet, justo cuando estamos totalmente desconectados.

    Holaaaaa, ¿puedo hablar con Don Anacleto Mochales?
    Puede hablar pero no mucho, porque soy yo y no tengo ganas en este momento
    Ya verá como sí, Don Anacleto, Tengo para usted una oferta inmejorable para sus llamadas de teléfono y su conexión a Internet.
    Mire usted, la mejor oferta que me puede hacer ahora mismo es no llamar. ¡Pum! y cortamos la comunicaçao.

Pero el mal ya está hecho. Después de acordarse de todos los antepasados y también de la progenie del interlocutor volvemos a echarnos, pero ya se ha chafado el asunto. Han destruido el mejor momento del día.

Un servidor ha solucionado esto desviando el teléfono fijo al móvil y luego apagando este último. Así, al encenderlos de nuevo, sabe si ha recibido alguna llamada importante. Pero surge otro problema añadido: el portero automático que trae nuevas agresiones a la siesta en forma de carteros comerciales, señores que llaman preguntado por Mariví (yo no me llamo Mariví) o por Espiridión Tipanluisa (que tampoco) y representantes de empresas del gas o eléctricas. Más de una vez ha pensado este que escribe arrancar los cables del dicho artefacto que de portero automático tiene muy poco, porque ni guarda la puerta ni tampoco es automático, ya que entonces debería anular el timbre y preguntar quién es para saber si nos pasa recado o, por el contrario, decide dejarnos reposar

No, señores, no. Hora sexta, hora sacra. Que la vida ya es lo suficientemente chunga para que encima nos estropeen esos gloriosos momentos en que el gran Morfeo tiene a bien tenernos en sus brazos.


Carabanchel






Carabanchel, el corazón del suroeste capitalino y uno de los barrios más castizos e históricos de Madrid, se extiende desde las riberas del Manzanares hasta los confines de la Villa lindando con el municipio de Leganés. Tuvo el barrio entre sus vecinos más ilustres a don Francisco de Goya que vivió en los parajes ya denominados en su tiempo como Quinta del Sordo, pues existió un sordo anterior al que el pintor compró la casa.  


Goya retrató a Carabanchel en alguno de sus lienzos rememorando las conocidas fiestas que se celebran todavía en la pradera que durante el Medievo ocuparon las tierras de Iván de Vargas; campos de labor entonces a cuyo cargo estaba el santo varón San isidro, que las cultivaba con amor y también con la ayuda de los ángeles a la par que hacía milagros por doquiera que iba. La Ermita del Santo, también inmortalizada por el genio aragonés,  se yergue aún majestuosa en lo alto de la colina que domina el  Manzanares como un atisbo del cielo, que ya se ve más cercano.  Por encima del río y un poco más allá, el histórico puente de Toledo, construido por Pedro de Ribera y de estilo barroco churrigueresco, por el que paseaban chulapos y modistillas en eternos requiebros y amorosas disputas, une Carabanchel con el centro de la ciudad. Y en la otra orilla, más allá del río pequeño, el estadio Vicente Calderón donde el club Atlético de Madrid proporciona tardes de gloria y también de sufrimiento a sus seguidores, seguramente los mejores hinchas del mundo pues tal es la pasión por sus colores que son dignos de admiración y homenaje aun cuando no se comulgue con su colchonero credo.

A mediados del XIX, Carabanchel era una zona elegante donde los nobles y gentes con posibles tenían sus casas y fincas para descanso y solaz. Destacaban entre todas la propiedad que perteneció a la familia de Eugenia de Montijo —prácticamente desaparecida— y, sobre todo, la inmensa finca de Vistalegre, casi del tamaño del Retiro, que fue primero de la Casa Real y luego del Marqués de Salamanca. Es un conjunto de palacios y jardines aún existentes aunque muy deteriorados, pero que reflejan todavía el esplendor de su pasada gloria (actualmente se están restaurando algunas de sus zonas). De ella tomó el nombre la famosa plaza de toros cercana, aquellos “toros de Carabanchel” de las zarzuelas, que hoy  reconstruida y convertida en Palacio de Vistalegre alterna el arte de Cúchares con los conciertos de música moderna y los mítines políticos.

“¿Y si a mí no me diera la gana
de que fueras del brazo con él?
Pues me iría con él de verbena
y a los toros de Carabanchel.”

En lo que fue la antigua carretera que subía de Carabanchel Bajo a Carabanchel Alto llama la atención una puerta o fachada con marquesina del mejor estilo art nouveau que da entrada a la Colonia de la Prensa, la primera ciudad residencial para periodistas que hubo en España y de la que sobreviven todavía treinta o cuarenta chalets u hotelitos modernistas que merecen una visita si se pasa por allí. Calles tranquilas y recoletas con magnificas construcciones y jardines que conservan restos y rincones que forman parte de la memoria colectiva de los madrileños.

Ahora, en Carabanchel ya no hay ricos ni emperatrices de Francia, aunque algún periodista queda y quedará. Es un distrito donde viven clases medias y trabajadoras, de esas del común pero que tienen el mérito de haber levantado España en su día. Algo de mala fama le vino al barrio por ubicarse allí desde la posguerra hasta 1999 la tristemente célebre Prisión Provincial, pero en cuyo emplazamiento nada tuvieron que ver los vecinos, que solían decir a modo de defensa “Yo vivo en Carabanchel, pero fuera”. Ya fue derribada y en su lugar queda un inmenso solar a la espera de destino.

Y, sin embargo, y a pesar de su historia, los carabancheleros son “de clase baja”, o eso le ha espetado una diputada socialista al consejero y Portavoz de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, oriundo del barrio, que ha respondido admitiendo "con orgullo" ser "de clase baja, de Carabanchel y a mucha honra". Como debe ser.


La desafortunada intervención ha generado un montón de mensajes en Twitter que bajo la etiqueta o hashtag #orgullocarabanchelero colocan a la prócer en su sitio. Y es que a estos progres se les ve el plumero, pues muchos viven —o se van a vivir en cuanto pueden— a las mejores zonas, porque la clase obrera es la que va al paraíso pero ellos se buscan rápido el Edén en este mundo, por si las moscas. Viva la lucha de clases, sí señor

Pero, sobre todo, Viva Carabanchel.


domingo, 18 de noviembre de 2012

Biarritz




Si hay una palabra que puede definir a Biarritz es el glamour. Perfecta fusión de la tradición vasca y el estilo francés, guarda el encanto de otros tiempos cuando los balnearios eran el punto de encuentro de la alta sociedad y los potentados mataban su aburrimiento entre baños de sol y noches frenéticas de ruleta. No hay nada que sobre; todo parece perfectamente diseñado para ocupar su lugar y ser un regalo para la vista del viajero que allí se acerca en busca de esplendores pasados y de modas presentes.

Y, sin embargo, no nos encontramos ante un paraíso inasequible en el que sólo se puede mirar, como en Montecarlo. En Biarritz se puede pasear y contemplar la majestuosidad de su Grande Plage o la soberbia arquitectura del Casino, sí, pero también es posible sentarse a cenar en uno de los múltiples restaurantes o bares que jalonan sus calles y avenidas o comprarse ropa en las boutiques sin morir en el intento. Además, siempre nos quedarán las Galerías LaFayette. Por el contrario, el principado de los Grimaldi es un Gotha prohibido para los advenedizos en el que por no haber, no hay apenas ni un bar donde tomarse un piscolabis, pues todos se hallan en el interior de lujosísimos hoteles vedados e inaccesibles a la plebe, que solo puede hallar contento en la práctica del voyeurismo de exteriores.

Pero quizás, lo mejor de Biarritz son sus atardeceres de cielos rosas que se funden con el turquesa de las aguas y el marrón anaranjado de sus acantilados. Crepúsculos con el Hotel du Palais encendiéndose cuando el sol se apaga a la espera de un nuevo día mientras que a su espalda y desde el puente sobre la playa se ve todavía la iglesia de Santa Eugenia. Ocasos que miles de españoles contemplan y contemplaron en otros tiempos cuando allí iban a veranear los pudientes celtíberos y ahora visitan los de las generaciones presentes. No en vano, Alfonso Ussía dice que es la ciudad más española del Sur de Francia, donde casi todo el mundo habla la lengua de Cervantes y nadie te saluda emitiendo un “¡Kaixo!”, que sólo algunos saben lo que significa.

Si éste que os escribe alguna vez tiene posibles, allí le busquen; me encontrarán caminando por sus bulevares o contemplando el mar desde su suite. Buenos pasatiempos para épocas mejores que esta oscura en la que nos ha tocado vivir y de la que se evade uno como puede con ilusiones de tardes rosadas, mares azules y fortunas futuras.

sábado, 29 de septiembre de 2012

El día de San Miguel



Hoy es 29 de septiembre, día de San Miguel y festividad de los Santos Arcángeles Miguel Gabriel y Rafael. Asimismo es el día cumbre del famoso “veranillo de San Miguel” o “veranillo de los membrillos” que, además de muchos ciudadanos y políticos, son unos frutos con los cuales se prepara un delicioso dulce. Esta época suele caracterizarse por un aumento de las temperaturas al final de septiembre y primeros de octubre tras el primer coletazo del otoño, que aparece a mediados del mes, sobre todo si el verano fue seco.

Pero no vamos a hablar del tiempo sino de San Miguel, que en principio nada tiene que ver con la cerveza, si no fuera porque un barrio de Manila (Filipinas) llevaba su nombre. Allí en 1890 Enrique María Barretto de Ycaza inauguró la Fábrica de Cerveza de San Miguel que pronto comenzó a exportar a todo el sureste asiático, donde es la cerveza más consumida, aunque la empresa española es independiente de la matriz original.

San Miguel aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles malos; o sea los demonios. Es el Príncipe de la Luz y jefe de las legiones Celestiales que luchan contra los Hijos de la Oscuridad para acabar con la maldad sobre la tierra. El significado de su nombre es una pregunta: ¿Quién como Dios? Es frecuente representarle en actitud triunfante, con un diablo derrotado a sus Pies.
Además de la doctrina oficial de la Iglesia, existen numerosas tradiciones y rituales que tienen sus orígenes en la santería popular o en las creencias de la Nueva Era sobre el culto a los ángeles, costumbre muy extendida por ejemplo en Estados Unidos. No es ánimo del que esto escribe establecer un debate sobre la materia, pero sí puede constatarse que existen curiosos rituales en muchas páginas de espiritualidad o  new age sobre los ángeles como, por ejemplo, ésta dedicada precisamente a nuestro Arcángel de hoy:

El día 29 de Septiembre o cualquier día, podemos colocar una velita azul y escribir en un papel todas aquellas cosas que queremos desechar de nuestra vida, luego de escribirlas con objetividad y conciencia , se quema y se le entrega al Arcángel Miguel para que nos libere de todo lo que no deseamos más en nuestra vida.

A estas alturas de la tarde no me es posible acercarme a la cerería del Niño del Remedio, famosa tienda de velas y velones del Madrid antiguo, pero de buena gana me hubiera agenciado unas cuantas velas azules para ver si nos liberan de todos aquellos funestos personajes y situaciones que a diario criticamos; tantos se me ocurren que mejor lo dejo a la libre opinión de los lectores. Entonces sí que España sería Hollywood, aunque posiblemente este escenario ya no les gustaría a los titiriteros.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Bidart



Cuando se evoca este nombre, a la mayoría le vienen recuerdos que se relacionan con etarras que allí fueron capturados hace algunos años. Sin embargo, Bidart es una villa tranquila y bella con las mejores casas vascas que este servidor ha visto jamás. Edificios primorosamente conservados con jardines magníficos donde florecen las hortensias, calles limpias en cuesta y buenas playas, algunas con parques y jardines en sus cercanías que forman una amalgama de arena y hierba que da gusto contemplar. Hasta un bunker alemán de la Línea del Atlántico queda por allí. No debió de ser de mucho uso en su día pues los aliados desembarcaron bastantes cientos de kilómetros más arriba, en Normandía y hoy se usa como garaje de un 
chalet vecino, así que al final alguna utilidad encontró.

Tan solo ensombreció a los ojos de aqueste visitante una pintada sucia escrita sobre una tapia con spray negro como a la vieja usanza en la que se leían únicamente las tres letras malditas: ETA. Una exclamación en tono bastante alto y se prosiguió el camino. 

En la plaza de Bidart se encuentra el frontón donde se juega a la pelota vasca, pero en los días de mercado es difícil ver la cancha; se halla ocupada por tenderetes donde se vende de casi todo: Txapelas de color rojo y negro, souvernirs, ropa, abalorios y comida. Sobre todo, la comida. Decía De Gaulle que era casi imposible gobernar un país en el que había cuatrocientas variedades de queso —no conoció las diecisiete taifas hispanas, algunas de las cuales huelen peor que el más genuino Camembert— pero tantas no vieron estos ojos. Sí unas cuantas y muy buenas por cierto. Además, se pudo paladear el delicioso gateau basque de crema, del cual adquirí una pieza (que apenas duró nada más abrirlo en Madrid) y probar diversas variedades de paté que eran inenarrables, tanto en su sabor como en su precio; una lata homeopática viajó hasta España y fue degustada con fruición.

Sobre la Mairie (para los amigos, el Ayuntamiento) destacan las banderas europea, francesa y también la ikurriña, adoptada también en el País Vasco francés. Pero a ambos lados de la última ventana del edificio y dominando el panorama se pueden leer dos letras: RF. Repúblique Française, para que quede bien claro y no haya dudas, no vayan a venir los amigos de lo diferencial y hagan de las suyas.

El viajero se retiró a gusto de esta villa y volvió a su hotel en San Juan de Luz, no sin antes recordar que por allí andaba en esas fechas también cierto yerno famoso. No se le vio.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Donibane Lohitzune



San Juan de Luz, Saint-Jean-de-Luz, Donibane Lohitzune. Tres nombres para una sola ciudad que resumen la simbiosis de tres culturas que conviven en esta encantadora villa, antiguo y famoso balneario y hoy lugar de veraneo para franceses y algunos españoles que aprovechan la cercanía para escoger esta localidad como sitio de descanso.

Para llegar a San Juan de Luz hay que tomar una estrecha y congestionada carretera que acaba con los nervios de cualquier automovilista español que se precie. Y es que, aunque estemos a escasos diez kilómetros de España, esto es Francia donde lo mismo se toma una magnífica autopista (pagando, eso sí) que se adentra uno en un laberinto infumable plagado de rotondas y semáforos donde sufren miles de coches en cuyo interior Monsieur Brunot o Arteguy echa pestes mientras los enfants chillan y lloran porque mamá Madeleine no les da la merienda.

Pero todas las desdichas se disipan al llegar y contemplar la Grand Plage sobre la que se eleva una ciudad cuajada de casas de arquitectura vasca genuina, hoteles con encanto y calles pequeñas y típicas que alegran la mirada e invitan al paseo y la contemplación. San Juan es el ejemplo de cómo una cultura, la vasca en este caso, enriquece una nación sin presentarse como hostil a ésta. Al igual que en las Vascongadas españolas hay numerosos carteles en euskera y la toponimia de las calles es bilingüe mientras por las mismas pasean señores tocados con txapela. Se prodigan los frontones donde se juega al jai-alai e incluso la ikurriña ondea en los lugares públicos y privados, pero nunca anda lejos la bandera francesa. Casi todo el mundo habla español y todos hablan francés, pero a nadie oí en euskera salvo dos mujeres con más pinta de abertzales españoles que otra cosa.

El toque español que da la proximidad se manifiesta en diversos aspectos como la abundancia de apellidos españoles no vascos (López, por ejemplo) y la posibilidad de encontrar viandas que un poco más allá resultarían cuasi exóticas como los churros, la paella (de marisco, generalmente) y la zarzuela de pescado, que no de palacio. Todo un microcosmos gastronómico, cultural y social que le da una personalidad única.

Pero Francia está por encima de todo. Ni los churros ni la ikurriña pueden hacer olvidar que nos hallamos en el país de la Grandeur y eso se nota al final en esta amalgama que es Donibane Lohitzune, distinto en algo al resto pero para nada distante del resto de la Republique.


lunes, 23 de julio de 2012

La maldición de Zap-Ateph




El tórrido mes de julio se dejaba caer por el Valle de los Reyes y los súbditos del Hijo del Sol no cesaban de clamar y penar por el desierto. Las desgracias anteriores no habían hecho mella aparente en el pueblo de los tolomeos pero ésta sí que era una plaga, una plaga extra que desde luego habían cobrado.

Durante los siete años en que gobernó el siniestro Zap-Ateph aparentemente nada fuera de lo común acaeció, por lo menos al principio. Desde luego nada a lo que no estuvieran acostumbrados los tolomeos, siempre caracterizados porque todos les orinaban y decían que llovía. Bien es cierto que ya desde los primeros tiempos en que Zap-Ateph se sentó en el trono de Osiris —antaño sentóse también en otras sillas, pues siempre fue un buen culiparlante— vinieron grandes desgracias pero ni la lluvia de sapos, ni de culebras, ni de cucarachas, ni las terribles epidemias de hemorroides y varices previamente vaticinadas hicieron mella en el acomodaticio carácter de los tolomeos que aclamaron a Zap-Ateph y le reeligieron después de una larga pugna con el otrora prometedor Marianostris, el de poblada barba.

Zap-Ateph siguió en el trono de Osiris, aun a pesar de muchos y de muchas, que ahora es costumbre en el Imperio eso de los géneros como bien estableció la sacerdotisa laica Bib-Ian-Aida, de la dinastía de los Gazules y encomendada a altas tareas por el Sumo Sacerdote, tan altas que ni ella misma nunca supo ni sabe todavía en qué consisten.

Las profecías por la reelección del Innombrable se cumplieron prontamente y el Cielo mandó la peor de todas las catástrofes. La diosa Krisis, conocida por su afán de venganza sobre los mortales bajó con un rayo de fuego y derrumbó las economías de parias y nobles de tal manera que nadie recordaba tales calamidades desde los tiempos de Feliponkamón. Las rupias comenzaron a escasear de tal manera que nadie podía comprarse un sarcófago apañadito y eso que las inmobiliarias del Más Allá hacían buenas ofertas. Los embalsamadores se empezaron a quedar en el paro y la venta de pirámides alcanzó el valor más bajo de la Historia.

Mientras tanto, los partidarios de Marianostris se debatían en pugnas internas a cuenta de cuál debía ser su futura estrategia para recuperar el control del gran Palacio de Tebas. Mientras unos defendían el mantenimiento de los viejos principios y de los códigos de los antepasados, otros estimaban que mejor sería ser más agradable a los ojos de algunos de sus enemigos para así tener aliados que les apoyaran en su lucha contra el Innombrable. Sin embargo, los futuros aliados nunca fueron de fiar, pues entre ellos se encontraban los nubios y  aquellos que vivían cerca del Mar Rojo, siendo ambos pueblos de carácter muy independiente que suelen exigir cosas casi imposibles a cambio de sus favores.

Todos los oráculos presagiaron la victoria de Marianostris en los comicios que se adivinaron para la época de las lluvias. Y así fue. El enfado del pueblo se cebó con Zap-Ateph, caído en desgracia por no haber hecho caso de los avisos celestiales a cuenta de la crisis, aunque retiróse antes de la debacle para dejar en su lugar al pérfido Hijo del Faisán, Rub-Al-Kahb, que se pegó un batacazo mayúsculo en su lucha contra las huestes que tienen su cuartel en el antiguo Templo de las Gaviotas de Isis. Tal fue su derrota que Marianostris no precisó siquiera del apoyo de los peligrosos aliados antes mentados.

Pero los dioses son caprichosos y la gafancia del Innombrable, conocida desde tiempos antiguos en todo el Nilo, sigue planeando. No se equivocaron los augures cuando vaticinaron enormes tragedias durante esta época. La Diosa Krisis manda un nuevo castigo enviando a su monstruosa prima a atormentar atrozmente a toda la tierra de los tolomeos  que ven como en las arcas del reino ya no queda una rupia y los prestamistas se niegan a fiar al Imperio. De nada sirven súplicas y plañideras enviadas a la sacerdotisa Merkhel, la del Templo del Oro, que se niega repetidamente a enviar el maná que saciaría todas las desdichas.

La sombra de Zap-Ateph es alargada y su maldición cae como una losa sobre los tolomeos. Muchos ya no se fían de Marianostris y sus continuos viajes al Centro del bajo Imperio, que va y viene y no se sabe si acaba de llegar o ya se ha ido. Algunos augures vaticinan también su caída en pocas lunas, incapaz de vencer a la Diosa Krisis, su prima y la sacerdotisa del Templo del Oro, pero nadie que pueda reemplazarle tiene el amuleto mágico que dé la victoria frente a esa alianza siniestra. Ni siquiera Albertofis, otrora gran chambelán capitalino y Arquitecto de las Treinta mil Zanjas aunque muchos pensaron en él como sucesor y al que ya ni alaba el prisaico pergamino.

Que Ra, Isis, Osiris y Horus nos asistan porque si no pronto llegará el reinado de Anubis, el dios de los muertos. Cuidaos, oh mortales, de la maldición de Zap-Ateph.

viernes, 22 de junio de 2012

Historia y teoría del Marianismo




Desde los primeros meses del año 2008 de nuestra era, los postulados de los marianistas, Capítulo Ortodoxo regentado por el grande arzobispo galaico Raxoi, fueron la doctrina oficial de la Hermandad de Génova. Como todas las tesis controvertidas, el marianismo nunca fue aceptado por los miembros heterodoxos de la Hermandad, pues observaban en el mismo debilidades que podrían abonar el campo para una victoria de los infieles oscuros en todo el orbe hispánico durante varias generaciones.
El marianismo tiene como paradigma fundamental el centrismo, que busca la equidistancia entre los credos para así ganar teóricos adeptos. Según los heterodoxos, esto puede ser muy arriesgado pues acercarse a los infieles oscuros (y, más aún, a aquellos herejes que abominan de la causa hispánica para implantar iglesias territoriales apartadas de la obediencia de Madrid) no puede sino traer funestos resultados entre los antiguos creyentes que, defraudados, pudieran abandonar la fidelidad genovesa para entrar en las filas del abstencionismo o abrazar la causa de la Cofradía Magenta de las Diez Rosas.
Dicen los eruditos que el principal adalid del centrismo fue el taimado abad de los frailes gallarditas Albertino de Cibelis, cuyo mentor fuera el Venerable Comendador de la Orden de Fraga, al que se atribuye la paternidad del dogma centrista. Albertino gozaba de pocos fieles entre los genoveses, pero contaba con fuertes apoyos entre las altas esferas de El País como, por ejemplo, el Prisorato del difunto caballero de Santillana. Su principal adversaria era y sigue siendo la Congregación de la Esperanza, encabezada por la abadesa Aguirre, defensora de las ideas primigenias de la Hermandad y ahora abanderada de la heterodoxia.
Empeñado de este modo Raxoi en afianzar el marianismo, convocó el primer concilio de Sofía a comienzos del estío del 2008. Fue en esta bella ciudad búlgara y mediterránea donde se enfrentaron las dos corrientes con el espíritu de San Gil planeando en el ambiente. El resultado fue favorable a los marianistas, aunque diplomáticamente disfrazado de integración ecuménica de ambas posiciones. Desde entonces, los críticos han perdido influencia aunque siguen defendiendo los principios de la unidad sustancial de la Hermandad. En medio, el antiguo pontífice Aznarico que aparece entre concilios ora exponiendo críticas a la nueva deriva genovesa, ora apoyando a Raxoi.
El grande arzobispo salió vencedor de aquel concilio y, tras grandes empeños, consiguió el Papado años después tras derrotar al siniestro y manirroto Ludovico Rodrigues, antipapa y herético personaje de la Hermandad Oscura. Albertino ascendió en influencia, siendo nombrado primero consejero de Raxoi y obteniendo luego una silla gestatoria en el Palacio de San Bernardo, canonjía ésta que ocupa en la actualidad. La influencia de Albertino consiguió también que uno de sus incondicionales, Fray Es-Cobo, lograra un puesto relevante en la curia, si bien poco se sabe ahora de este tonsurado. Otros apologetas del marianismo son los secretarios cardenalicios Sor Aya de Santa María, ahora Prefecta de la Casa Pontifica, el presbítero levantino Mosén Estephanos (caído en desgracia después), o la superiora del convento de Cospedal de los Dolores, que tiene su sede en la imperial ciudad toledana.
Pero la madre Aguirre no se resigna, y aunque ya recibiera advertencias de destierro, prosigue su pugna contra las tesis oficiales del marianismo. Coraje no le falta y además tiene el apoyo, aunque con reservas, de Todos Losantos.
Bulgaria marcó un comienzo, pero no un final. Las espadas sacras siguen en alto mientras ortodoxos y heterodoxos pugnan en intrigas palaciegas, ahora suavizadas por la permanencia en el Papado. Si en tiempos venideros la fumata volviera a ser negra, la sombra del cisma volvería a sobrevolar sobre las atribuladas cabezas de los fieles de la Hermandad de Génova. Quizás Aguirre sea la vencedora, quizás Albertino, quién sabe. Doctores tiene la Iglesia.
Nihil obstat
Imprimatur.

jueves, 14 de junio de 2012

Cuestiones de botica




Yo, señores, como alguna de Vuesas Mercedes conocen, soy boticario. Sin embargo, no concedióme Dios el privilegio de gozar la posesión de botica alguna, pues ya es sabido que para aqueste menester es necesario tener numerosos maravedíes de los que este vuestro humilde servidor carece.


Tuve, empero, ocasión en otros tiempos de despachar específicos y preparar los más variados ungüentos, por lo que no me es ajena la proverbial confusión que impregna al ser humano en lo relativo a las pócimas y fármacos, de lo que resulta que se llame a las cosas de manera distinta a la suya, resultando grandes chanzas y risas al escuchar las insólitas peticiones de muchas gentes.


Tal es el gracejo que las acompaña que incluso algunos cronistas insignes han recopilado curiosos legajos en los que se relacionan aquesas extrañas solicitudes. Añádanse a aquestas otras muchas que a este escribano virtual le contaron o tuvo conocimiento por su propia experiencia y ya se tiene un florido repertorio que permite ilustrar este pergamino que los modernos denominan post. Vayan pues unas verbigracias:

— “Déme un locutorio” (en vez de colutorio). Es difícil atender este requerimiento pues todavía no se expenden en las reales boticas los artilugios denominados centralitas telefónicas.

— “Quisiera suero filosófico”. Dicen los entendidos que la filosofía buena es para remediar los males del alma e incluso algunos del cuerpo, mas no se presenta en ampollas ni redomas, a no ser un fluido compuesto por agua y sodio cloruro que por nombre tiene suero fisiológico.

— “¡Qué malos estaban los taruguillos que me dio usted el otro día!”. Esta sentencia se producía durante los años sesenta de nuestra era, pues era común que algunas gentes poco doctas confundieran los cilíndricos emplastos que dicen supositorios con suculentas viandas de administración oral.

— “¿Me da unas aspirinas fluorescentes (en vez de efervescentes)?”. Ya se sabe que dentro de la panza reina el oscuro absoluto, mas la sabia Naturaleza ha procurado que la andorga no precise de iluminación en el interior de la mesma.


— “Quiero un calmante contaminado”. A fuer de ser sinceros, es difícil entender que algún gentilhombre quiera contaminarse con otras cosas que no sean bellas doncellas o una buena pitanza.


— "Necesito supositorios de nitroglicerina” (en vez de glicerina)”. La constipación (que el vulgo llama estreñimiento) no es del agrado del cuerpo y éste reclama con urgencia lo que los doctores denominan purgantes, mas el explosivo mentado tiene el riesgo de acabar no sólo con el estreñimiento sino con las posaderas del estreñido.


— “Una botella de agua exagerada”. Comoquiera que ni en la más peregrina de las mentes que hubiere el tal agua pueda ser aguafuerte, sólo queda al entendimiento que se trate del llamado peróxido de hidrógeno, al que el común de las gentes llama agua oxigenada.


— “Unos profiteroles, por favor”. Es de todos conocido que, aunque las boticas sean de los comercios más variopintos en cuanto a artículos se trate, los profiteroles se encuentran habitualmente en las reposterías y en las posadas que se dedican a la restauración, por lo que el boticario dedujo que se trataba de profilácticos, adminículos éstos que sí proporcionan una velada dulce, aunque todo dependa del grosor de la goma, pues dicen los sabios que un espesor asaz exagerado aminora mucho los goces del fornicio por aquello de que la fricción resulta cuasi insensible.

— “Quiero una cosa que me va muy bien para las piernas: El trono del Cid”. Si el afamado don Rodrigo Díaz de Vivar leyera aquesto, consideraríalo un ultraje solo comparable al que le mesaran las barbas, pues nunca fue rey sino valeroso caballero y nunca se metió en cosa de piernas, salvo en lo necesario a lo propio del goce carnal. El apenado paciente se refería a la pomada Thrombocid, muy utilizada para los padecimientos venosos, hematomas e hinchazones varicosos.

— "Necesito anillos de los Nibelungos". Dicen los físicos que la música tiene curativas propiedades, pero las cantatas de trovadores se expenden en aquellos establecimientos que todos dicen tiendas de discos. Sí existen unos anillos vaginales Nuvaring más acordes a la petición expresada.

— “Quiero una caja de sorpresas y un tubo de Pirindindón”. Los boticarios siempre gozaron de la tenencia de remedios, mas nunca fueron magos por lo que es difícil hallar en las reboticas del Imperio cajas de sorpresas, sino más bien de compresas que se despachan para los casos de higiene del menstruo. El Pirindindón es el Piramidón, antiguo analgésico hoy desaparecido.

— “Quiero sexo oral”. Cuando el mancebo o boticario recibe esta propuesta, es indudable que su mente pueda nublarse pensando en libidinosos asuntos. La realidad que acontece es que el paciente solicita Seroxat, popular remedio antidepresivo para la enfermedad del alma y los humores de la melancolía.


Pueden comprobarse cómo la ignorancia o el apresuramiento en las palabras conducen al solaz y esparcimiento de las gentes, y éste ha sido el ánimo de este vuestro vasallo, pues hacer grandes risas alegra el corazón y ayuda a sobrellevar los duros tiempos que acechan. Retírome pues con la esperanza de haberles hecho pasar un rato agradable; si así no ha sido, creánme Vuesas Mercedes que lo lamento.


http://www.diariodesevilla.es/article/sociedad/262855/me/da/unas/aspirinas/fluorescentes.html


En la Villa de Madrid, el día catorce de junio del año de Nuestro Señor de dos mil y doce.

jueves, 7 de junio de 2012

Orgulloso de ser español

Los españoles son demasiado orgullosos para aceptar un rescate europeo


Pues sí señores europeos y, sobre todo, alemanes. Somos pobres pero orgullosos; es un defecto pero también una grandeza. Forjamos un Imperio, descubrimos un Nuevo Mundo, derrotamos al ejército más poderoso del mundo cuando tuvo la osadía deinvadirnos. Tenemos motivos para ser orgullosos.

Somos y hemos sido siempre pobres. Por nuestra incultura en un principio, por nuestros pésimos gobernantes desde siempre. Pero tenemos algo todavía en nuestros genes que ni la señora Merkel ni el Sursum Corda podrán torcer: el orgullo de ser español que es el motor de las grandes cosas hechas por esta nuestra Nación, la más antigua del mundo, a a lo largo de la Historia

Quieren ustedes que pidamos ayuda para exprimirnos después hasta las cachas y crear una especie de Protectorado en España. Poco ganaríamos, salvo la poco probable desaparición de las taifas autonómicas. A cambio, la pérdida de la soberanía, la ruina total de los ya exhaustos bolsillos patrios y la pérdida de miles o millones de empleos (algunos justificados, pero otros no) en las Administraciones Públicas.

Sé que el nuestro es un orgullo poco práctico para su cuadrada mentalidad sajona y protestante mas es el que tenemos. Hidalgos pobres somos, pero también hijos de Dios y nunca siervos de los hombres, que si fuere necesario abandonaríamos ese contubernio de la Unión Europea con gran alegría de muchos así como esa nefasta moneda que nos tiene esclavizados.

Para que nos rescaten así, mejor que venga el Capitán Trueno, que por lo menos es de los nuestros. Lucharemos mientras podamos y si no, caeremos con honra pero no nos ayuden a cambio de estigmatizarnos para siempre y encima les tengamos que estar agradecidos.

Orgulloso de ser español.



martes, 15 de mayo de 2012

Cómo saber si uno es de izquierdas o de derechas


Cuando a un tipo de derechas no le gustan las armas, no las compra y listo.

Cuando a un tipo de izquierdas no le gustan las armas, quiere prohibirlas hasta en las fuerzas armadas.

Cuando a un tipo de derechas no le gustan los toros, no asiste a la plaza y punto.

Cuando a un tipo de izquierdas no le gustan los toros, intenta prohibirlos y dedicar las plazas a mítines del partido.

Cuando a un tipo de derechas no le gusta el tabaco, no fuma.

Cuando a un tipo de izquierdas no le gusta el tabaco, no descansa hasta vetarlo para que nadie disfrute fumando.

Cuando un tipo de derechas es vegetariano, simplemente no come carne.
Cuando un tipo de izquierdas es vegetariano, hace campaña contra todos los productos que contengan, básicamente, proteínas de animal.

Cuando un tipo de derechas es homosexual, vive tranquilamente su vida como tal sin molestar a nadie.

Cuando un tipo de izquierdas es homosexual, hace escandalosa ostentación de ello, participando “orgullosamente” en desfiles aparatosos para que todos le respeten y aplaudan.

Cuando un tipo de derechas tiene problemas por su trabajo, reflexiona sobre cómo salir de dicha situación y actúa.

Cuando un tipo de izquierdas tiene problemas por su trabajo, levanta una queja por acoso laboral y hace huelga contra la discriminación de que fue objeto con el apoyo de su sindicato. Si es mujer contaba antes, además, con el apoyo del Ministerio de Igualdad.

Cuando a un tipo de derechas no le agrada un programa de televisión, simplemente la apaga, cambia de canal, o se va a la cama.

Cuando a un tipo de izquierdas no le agrada un programa de televisión, demanda judicialmente al canal que emite el programa que no le gusta, por ser manifiestamente “facha”

Cuando un tipo de derechas es ateo, no va a la iglesia.

Cuando un tipo de izquierdas es ateo, no quiere ninguna alusión a Dios en ninguna parte, en ninguna esfera pública, además de protestar contra las religiones y sus símbolos (salvo contra el Islam).

Cuando un tipo de derechas tiene problemas económicos, trabaja todo lo que puede, intenta pagar todas sus deudas y, a veces, incluso ahorra (este caso es excepcionalmente aplicable también a algunos sujetos, pero pocos, de izquierdas).

El de izquierdas le echa la culpa al gobierno (si este NO ES de izquierdas, claro), a los empresarios, a la burguesía; a los bancos y al capitalismo, a la globalización, a los americanos, a Aznar, al Papa y; en algunos casos, no muchos, también al Real Madrid.

Cuando un tipo de derechas lee este escrito si le llega por “email”, se ríe y lo reenvía a sus amigos y conocidos.

El de izquierdas se cabrea mucho, pone “a parir” al que se lo mandó y lo borra.