lunes, 5 de enero de 2009

Carta a los Reyes (Magos)

Queridos Reyes Magos:

Os escribo esta carta con la ilusión de todos los años, aunque cada vez estoy un más triste. Mi país, que se llama España (eso me dijeron) no va muy bien, y todo porque el que manda no lo hace bien, así que pienso que no se merece ningún regalo. Por eso, lo primero que me gustaría es que a ese hombre le trajerais una tonelada de carbón y un Aznar-Man, que sé que no le gusta, para que se chinche. También le podíais pagar unas vacaciones al Caribe (como a Curro) durante unos añitos, para que viva feliz y a gusto, pero lejos de la casa ésa que se llama de la Moncloa.

También hay otros señores no muy buenos, que se llaman nacionalistas o algo así que no quieren a mí país, porque dicen que el suyo es más bonito, aunque luego van y siempre nos piden dinero a nosotros y eso. Además hay gente que allí no la dejan hablar en español, pero ellos sí que lo saben hablar, lo que pasa es que no quieren. Por eso os pido que le mandéis una colección completa de la Enciclopedia Espasa, esa que tienen más de 100 libros y un montón de Diccionarios de la Lengua Española, tantos que no les entren en sus casas y casi se tengan que salir a la calle.

Luego están unos que antes lo hacían bien y les gustaba a mucha gente, pero ahora algunos de esos se llaman centristas o algo así, y les ha dado por decir que están p´ayudar a no se quién y que hay que ser simpáticos con esos a los que he pedido que les traigáis la Espasa. O sea que a lo mejor ya no quieren mandar, lo que es muy raro. Por eso, he pensado que un despertador les vendría muy bien para ver si espabilan. Se ve que necesitan Esperanza, que es bueno para esta vida.

Y para mi país, que se llama España, os pido que haya paz y dinero, y vuelvan a mandar gentes buenas que hagan las cosas bien y no hagan cosas que a la gente no les gusta, porque luego la gente se enfada pero tienen que pasar por lo menos cuatro años para que se vayan y vengan otros.

Bueno, ya lo dejo. Me despido de vosotros que ya sabéis que os quiero y quiero que vengáis todos los años a mi casa, no ese barbudo barrigón vestido de rojo que va tocando la campana como si fuera la hora de comer, y que ahora le da por venir a las casas de los niños para haceros la competencia. Tiene morro el tío, porque como viene antes, algunos niños lo prefieren, pero a mí no me gusta. Yo prefiero seguir dejando siempre los zapatos y el barreño de agua para los camellos, y los dulces y la copita para que os lo toméis.

¡Ah, y que he sido bueno también este año, no os olvidéis de mí! Ya sabéis que os quiero mucho y que sois los únicos Reyes en que creo.

Gracias.

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