viernes, 15 de mayo de 2009

Semblanza de San Isidro



Hoy es la festividad de San Isidro, patrón de la Villa de Madrid, así como de los agricultores del mundo entero. Quiero por ello hacer un pequeño homenaje a este Santo humilde, pero rico en amor a Dios y en milagros (se le atribuyen más de cuatrocientos).

Isidro de Merlo y Quintana nació en Madrid a finales del siglo XI, aunque esto se supone, porque no se conocen muchos detalles de su vida con exactitud. Sus padres, que eran muy pobres no pudieron enviarle a la escuela, pero se encargaron ellos mismos de inculcarle sus escasos conocimientos junto con el amor a Dios y a la oración. Muy joven, Isidro entró al servicio de un rico propietario madrileño llamado Iván de Vargas, en cuya casa trabajaría toda su vida como labrador. Isidro se casó con una muchacha pobre, tan buena como él, llamada María Toribia, que también llego a la santidad y se la conoce como Santa María de la Cabeza. San Isidro se levantaba muy temprano todos los días para ir a misa. Durante la jornada, mientras araba, su corazón conversaba con Dios, con su ángel guardián y con los santos del cielo. Pasaba asimismo los días de fiesta en visitas a las iglesias de Madrid y los alrededores.
Sus compañeros lo acusaron de llegar tarde al trabajo por meterse en la iglesia, y aquí viene su milagro más famoso. Para averiguar la verdad, Don Iván de Vargas se fue a sus tierras de las colinas de Carabanchel (cerca de donde hoy se halla el estadio Vicente Calderón, a las orillas del Manzanares) y comprobó, en efecto, que Isidro llegaba tarde al trabajo. Se disponía a reprenderle cuando vio con gran sorpresa que una yunta de bueyes blancos, guiada por la mano de un desconocido, araba el campo junto al arado de Isidro. Mientras contemplaba la escena, desapareció la yunta maravillosa y el propietario comprendió que el cielo se encargaba de suplir el trabajo del santo labrador. Otras personas atestiguaron también que habían visto cómo los ángeles ayudaban a San Isidro.

Es famoso también el hecho de que en un día caluroso, San Isidro dio un golpe con su vara sobre una piedra y brotó un manantial que todavía sigue manando hoy, y al cual se le atribuyen propiedades milagrosas. Este manantial sale hoy día por una fuente que se encuentra en el interior de la ermita del Santo.

Pero a mí la historia que más me gusta es una muy poco conocida, y que una vez leí en un librito que ya no recuerdo cuál es. San Isidro quería ir a Tierra Santa pero era muy pobre para afrontar el viaje. Un día rezando se quedó dormido y soñó que estaba en Jerusalén viendo los Santos Lugares, y que recogía un poco de arena, de agua del Jordán y unas piedrecitas. Cuando se despertó por la mañana, allí había a su lado un saquito de tierra de Jerusalén, unas piedrecitas y agua del río Jordán.

San Isidro murió el 15 de mayo de 1130 (tampoco parece que está claro el año). Su cuerpo fue trasladado varias veces hasta descansar en la Iglesia de San Andrés. A principios del siglo XVII, el Rey Felipe III sanó milagrosamente de unas fiebres mortales al llevarle a su lecho las reliquias del Santo, por lo cual puso empeño para su canonización. Fue entonces cuando se abrió el sepulcro y el cuerpo seguía incorrupto (se había abierto varias veces antes en los siglos anteriores y se había comprobado este hecho). Fue canonizado en marzo de 1622 junto con San Ignacio, San Francisco Javier, Santa Teresa y San Felipe Neri. Sus restos reposan hoy día junto a los de Santa María de la Cabeza en una urna de plata situada en la Colegiata de San Isidro (antigua catedral de Madrid, hasta la construcción de la Almudena), cerca de la Plaza Mayor.

El día 15 de Mayo se celebra una romería a la ermita del Santo, situada cerca del Manzanares, y en donde se situaban antiguamente las tierras que el Santo trabajaba. Asimismo este día, se bendice el agua de la fuente por la que brota el manantial que San Isidro abrió con su vara y luego se empieza a repartir entre los fieles. Las colas son enormes, pero también se abre la fuente todos los domingos por la mañana el resto del año.

Hasta aquí esta pequeña semblanza del Santo Patrono de Madrid. Que el bueno de San Isidro derrame sus bendiciones sobre todos, que buena falta nos hace. Así se lo pide este humilde escribano virtual.