miércoles, 1 de julio de 2009

La ITV, otra cosa a eliminar


El otro día me armé de valor y me decidí a llevar el coche a la ITV, que ya le tocaba. Es un trámite engorroso, pesado, caro y hasta humillante a veces según el inspector de turno, pero no queda más remedio. Al llegar a los aledaños de la misma, lo primero que se contempla el observador pasmado es la cola de unos cuarenta coches en fila que esperan derritiéndose al furioso sol madrileño de principios de verano a que les toque su turno, ¡sólo para entrar a la estación!
Sentí un estremecimiento en las corvas y me castañetearon los dientes, porque la última vez estuve en esa pre-cola más de hora y media. Una vez dentro, según una especie de cancerbero va dejando pasar a los externos, se forma otra cola en el interior, en la que se puede uno tirar otra hora. Mientras tanto, puede uno pasar a retratarse en la oficina donde una amable señorita te cobra unos 30-40 € por sufrir este vía crucis. A este respecto, muchos se preguntan porqué siendo un trámite obligatorio, no es gratuito.
Por fin te toca el turno y te van encaminando a la zona de inspección. Allí tienes que sufrir a veces una especie de humillación y sermón público por parte de algunos inspectores, a veces demasiado celosos en su labor —“Le falta a usted una bombillita”, “tiene rotos los guardapolvos (con perdón) de la transmisión”, etc. — y así hasta que te dicen que tienes que volver. Además lo que en unas estaciones se pasa, en otras te echan para atrás. También depende del inspector de turno que te toque. Afortunadamente, esta vez hubo suerte y sólo encontraron defectos leves a este humilde servidor, lo que supone pasar la inspección.
Nos hallamos ante otro de los castigos inútiles que se infringen al sufrido automovilista, sólo por cometer el delito de no comprarse un coche nuevo cada cuatro años. Sinceramente, no me parece más que un lamentable sacacuartos, una pérdida de tiempo, y un afán de estrujarnos más aún con la excusa de tener el coche en condiciones de seguridad, lo cual es a veces incierto. Un familiar mío la pasó sin problemas, y a los siete días se quedó sin frenos ¿Dónde está la eficacia de esta inspección? Si se hubiera matado ¿De quién sería la responsabilidad?
Mejor sería suprimir la ITV actual y pasarla en cualquier taller homologado y autorizado para ello, al igual que cuando uno hace una reforma en la instalación de la luz de su casa, por ejemplo. Un instalador autorizado da el visto bueno y expide un certificado. En este caso, el taller haría la inspección y detallaría los fallos a corregir, dando un presupuesto. De esta forma, si no estamos de acuerdo, nos podemos ir a otro (no como ahora, que la misma estación de ITV que te declara el coche no apto, es la misma que tiene que verificar la corrección de las anomalías, no pudiéndote ya ir a otra). Si se acepta la inspección y el presupuesto, el taller lo arreglaría (haciéndose responsable él mismo del subsanar los fallos) y sellaría y firmaría la tarjeta de inspección (en esto, igual que ahora).
Asimismo se evitarían las espantosas e inútiles colas que se forman, ya que las estaciones de ITV en toda España son escasas en número para la gran cantidad de vehículos existentes por ser la mayoría concesiones públicas.
Resumiendo, la ITV es otro petardo a eliminar, y aunque la inspección debe seguir siendo obligatoria y necesaria —en eso creo que todos están de acuerdo— debe cambiarse radicalmente el procedimiento. Saludos.

2 comentarios:

Fran Capitán dijo...

Querido amigo:

Sí que es un engorro la ITV, ojalá la eliminaran, aunque ya sabes que no tengo coche, pero si algún día lo tengo, que nada es descartable, seguro que maldeciré como tú a cuento de esta insufrible tasa.

Un gran abrazo, Chinito

Anónimo dijo...

Para eso, que se examine el libro de revisiones del coche. Porque me parece un abuso que te cobren por algo que han hecho obligatorio y no vale para nada (pasé hace un mes la revisión de los 90.000 de mi coche, 211 € con todos los filtros cambiados y comprobados).....
Eliminar a los chupópteros que "trabajan" en ellas.