viernes, 11 de marzo de 2011

A siete años de la infamia


Viernes, 20 de Ventoso del año CCXIX. Jour de cordeau (el cordel, del que se tira para deshacer el ovillo)


Soy un ciudadano a secas. No dispongo de información confidencial ni he leído el sumario. Tampoco he investigado el tema como han hecho otros, algunos con un noble propósito y unos pocos para elucubrar teorías disparatadas. Sólo sé lo que casi todo el mundo sabe, pero con eso es suficiente como para tener la certeza de que casi nada sabemos sobre tan luctuoso suceso.


No sé quien lo hizo, pero sí se, o eso dicen los expertos, que los terroristas islámicos se suicidan en el lugar del atentado para ocupar un lugar privilegiado en su paraíso.


No sé qué explosivo se utilizó pero he trabajado con cromatografía de gases y si sale DNT en una muestra, es que había DNT en ella. Y ese componente no existe en la goma 2 ECO y sí en el Tytadine, según leo en la información que hay disponible.


No soy detective ni policía, pero no hace falta serlo para recelar cuando, después de recogerse miles de muestras en el lugar de los hechos, al juicio solo llegan unos cuantos tornillos y restos de polvo de extintor.


No soy técnico en electrónica pero un artefacto explosivo con los cables desconectados no suele explotar, como ocurrió con la famosa mochila de Vallecas.


No soy abogado, pero la intuición me dice que los que se sentaron en el banquillo no tenían mucha pinta de peligrosos terroristas islámicos. Puede que me equivoque, eso sí.


No. Solo soy un españolito de a pie que no entiende muchas cosas. Que no entiende cómo se desguazaron los trenes cuando en otros atentados o accidentes se guardan durante años los restos del coche o aparato siniestrado e incluso se recomponen los trozos uno a uno para saber que pasó. Que no entiende porqué cualquier intento de seguir esclareciendo el 11-M es obstaculizado o no es bien visto. Que no entiende porqué la mayoría de los medios de comunicación no ponen más empeño.


Solo soy un ciudadano a secas. Que no se cree muchas cosas. Que quiere saber la verdad. Un conspiranoico, sin duda.


Por ellos. Por nosotros. Por todos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

La mentira tiene las piernas muy cortas, majestad. A pooco que el español siga teniendo criterio, no le saldrá gratis a quien utilizó muertos como peones políticos.

Un abrazo.