lunes, 5 de abril de 2010

El arte de no dar ni-ni golpe


Muchos jóvenes de nuestros tiempo se han esforzado y han concluidos sus estudios, incluso de forma brillante, y no encuentran trabajo, lo cual no deja de ser una injusticia. Pero, frente a éstos, se encuentran otros que detectan diversos estudios sociológicos y que constituyen un fenómeno que, no por ser nuevo, sí parece adquirir proporciones alarmantes. Se trata de la denominada generación Ni-Ni, es decir, jóvenes que ni estudian ni trabajan…ni, al parecer, tampoco quieren hacerlo. Y es que lo de trabajar está difícil, pero que tampoco se quiera estudiar ni formarse para tener mayor cultura y expectativas laborales entra ya en la categoría de tener el rostro marmóreo.

Mientras, los especimenes en cuestión prefieren vivir de sus sufridos progenitores hasta que éstos se queden en el paro. Luego, ya veremos Esto, que antes se llamaba popularmente “vagancia”, da ahora motivo para hacer sesudas investigaciones y se le dedican ríos de tinta e incluso programas televisivos con bastantes dosis de buen rollito en los que unos psicólogos intentan reconducir con talante a una cuadrilla de este tipo. Utópica tarea, a primera vista.

Dicen algunos expertos que es una generación sin ilusiones y de ahí su comportamiento, pero precisamente puede radicar ahí el quid de la cuestión. Quizás la culpa sea en parte de los padres que en épocas recientes de prosperidad no han sabido transmitirles la cultura del esfuerzo, pero también de esta sociedad hedonista y vacía que, carente de valores, es incapaz de inculcarlos. A no ser, claro, que tengan que ver con el “carpe diem”, el “vive a tope” y “nada de esfuerzos, que trauman”. Así se consiguen poco a poco multitudes de indolentes bastante maleducados y manipulables aunque muy caros de mantener por el resto.

Pero también la culpa es de los interesados y no valen las excusas del desánimo, pues en todas las épocas ha habido gente que se ha impuesto metas y, sobre todo, ha sabido luchar y elevarse por encima de las dificultades por sí mismos, siendo ésta una de las mayores proezas que puede efectuar el ser humano.

Contra el Ni-Ni lo mejor es el método O-O: O espabilas o vete a esparragar.


1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces, con todo este oropel de progreso con el que nos tiznamos las caras, me imagino a los futuros historiadores del año 2700 mirando con el mismo asco y desprecio que miramos nosotros a la Inquisición, o a los niños Papa.
Tanto rollo de Historia y liberleches para volver a empezar de cero...
Y es que esta sociedad ni me apasiona, ni me interesa.
Ni-ni-ni-ni-ni... así hacía yo la ambulancia cuando era crío.

Buen post, alteza.