martes, 13 de octubre de 2009

Cadenas

Es frecuente que un día sí y otro también uno se encuentre su buzón “eletrónico” una presentación de esas que incluye una cadena de buenos deseos y que sorprende, no por el mensaje en sí, que es similar en este tipo de cadenas, sino por las consecuencias del mismo.

En ellas se suele afirmar, por ejemplo que, si mandas un mensaje hoy mismo a tropecientas personas como mínimo, te ocurriría algo bueno a las 7:40 PM del día de hoy. Como a un servidor le pica la curiosidad (otros días le pican los mosquitos) va y pica, y entonce se lo envía a una ristra de amigos, los cuales se deben acordar del remitente y de su familia de paso porque les obliga también a entrar en esa dinámica.

El caso es que el incauto cumple su tarea y se pone afanosamente a esperar a las 7:40. A esa hora debería ocurrir “eso que estabas esperando escuchar”. Nada, ni ha llamado el notario diciendo que hemos heredado una fortuna procedente de un tío lejano de Pernambuco, ni Zapatero ha decidido dejar la política (por lo menos, las noticias no lo han dicho). Queda la esperanza de que la buena noticia se produzca a partir de esa hora, pero pasan las horas y los días y la suerte no cambia..

Debido a ello escribo este post, con la esperanza de saber si a alguien le ha pasado algo bueno por seguir estas cadenas, porque no conozco a nadie que se haya beneficiado de seguir esta rutina epistolar. Al menos, la mayoría son benéficas, pues otras te anuncian desgracias sin cuento si cometes la osadía de ignorarlas. El asunto no es nuevo pues recuerdo el caso de aquella famosa de la Virgen del Carmen que te echaban antiguamente en el buzón de tu casa escrita febrilmente en una vieja Olivetti y que auguraba infortunios sin descanso si no la cumplías . Por supuesto, nadie cree que la Virgen vaya a echar mal fario, pero se metía el gusanillo en el cuerpo y mucha gente, azorada ante la amenaza, se dejaba los dedos en la máquina de escribir haciendo copias de la cartita de marras.

Hoy es más fácil que entonces, pues basta con reenviar el mensaje amenazante y dar la plasta a los amigos y conocidos, pero no deja de ser molesto el recibir este tipo de misivas. Así pues, es mejor no volver a mandar mensajes de éstos, que ya tiene uno muchas cosas en la cabeza como para buscarse más trabajos.

Saludos cordiales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Telepredicadores en cadena que algún beneficio sacarán, sin duda.

La gente que manda cosas así, una de dos, o forma parte del negocio, o tiene la autoestima bajo mínimos.

Como tú dices, perder el tiempo.-
Bye.

Talantemesetario dijo...

Muy buenas noches, Gran Emperador,
espero todo vaya bien.
De acuerdo con el Gran Ariovisto, a waste of time.
Abrazote