Andan celebrándose en estos días de
Septiembre por muchos pueblos de la geografía patria las célebres fiestas de
Moros y Cristianos que rememoran las épicas batallas acontecidas en
medievales épocas para
Precedentes al efecto no faltan. En
una claudicación vergonzante, ya se retiró la escultura de Santiago Matamoros
que había en la catedral compostelana para no ofender a los musulmanes sin
que hasta ahora haya habido contrapartida (entre otras cosas porque el Islam
es iconoclasta y su cultura carece de imágenes o retratos salvo algunos
casos). Asimismo, la progresía y los regionalistas estuvieron a punto de
cargarse las cuatro cabezas de moro que figuran en el escudo de Aragón y es
de buen seguro que a las andadas volverían si hallan propicia la ocasión.
Es lógico temer por el futuro de
estas fiestas que celebran la victoria frente a la morisma, pues ya es
costumbre en algunos de los que pierden las guerras el intentar ganarlas
después. En muchos turbantes todavía se aboga por la recuperación de
Al-Andalus, y muchas cabezas hispánicas siguen empeñadas por triunfar en una derrota ocurrida hace ochenta años. El buenismo, la tontería y ese incomprensible temor a ser acusado de islamofóbo (como si ellos no fueran cristianófobos) pueden hacer el resto.
Como la vida no deja de ser irónica,
ambos grupos que suspiran por estas pérdidas fundaron tiempo ha un mutuo contubernio que llaman Alianza de
Civilizaciones, en el que se persigue de modo absurdo no se sabe qué
entendimiento con una cultura incompatible con la nuestra y que todavía
cuenta entre sus miembros con algunos que consideran una premisa inalterable
la derrota de los “infieles”. De este forcejeo cultural e ideológico siempre
sale vencedor el que menos cede, y es evidente quien lleva las de perder.
Por eso, bien harán los festeros de
toda España y en particular del Levante en no dejarse arrebatar ese
patrimonio cultural que constituyen las Fiestas anteriormente citadas. Que no
pierdan ripio, porque hay memos capaces de reescribir la historia y afirmar
que los Reyes Católicos fueron unos perdedores y es mejor que los festejos se
celebren con juegos florales y festivales de música coral, menos excitantes y mucho más
pulcros.
La siguiente será desterrar el jamón
y operarse de fimosis. Que no lo vean nuestros ojos.
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sábado, 3 de septiembre de 2016
Moros y cristianos
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