El cine español ha seguido siempre una trayectoria variable y
errática, caracterizándose generalmente
por su falta de medios que en muchos casos se ha suplido con buenas dosis de
imaginación. De este modo, junto a obras maestras del celuloide y maestros como
Berlanga o Buñuel conviven en el panorama cinematográfico hispánico —por este
orden— películas buenas y aceptables, mediocres y obras de titiriteros.
Periódicamente se celebran homenajes y proyecciones retrospectivas de
los diversos géneros pero siempre en estos eventos hay autores y actores que
son olvidados, cuando no criticados abiertamente de modo injusto. Tal es el
caso de las películas de Ozores que protagonizaban Esteso y Pajares. No se
puede decir que respondieran a los estándares de calidad aceptados por los críticos,
mas es indudable que hicieron reír a aquellos españoles de la Transición , que
olvidaban los duros momentos políticos, sociales y económicos de la época en
los cines de barrio. Entre chascarrillos, chistes y algunas visiones de tetas y
culos la vida se veía de otra manera por un rato.
Hoy se acusa a estos films de casposos, cutres, chabacanos y otras
lindezas, pero muchos de esos sesudos intelectuales que despotrican de tal
modo, muy frecuentemente se escapaban de las clases de la Universidad para echar
un vistazo a la última de Ozores. Por lo menos así lo hacía este escribano
virtual junto a sus amigos, entonces unos mozalbetes que consideraban que el
solaz y esparcimiento mañanero eran preferibles a una árida clase de Química
Heterocíclica o de Técnicas Instrumentales y al placer del escaqueo se juntaba
la diversión sin más pretensiones que ofrecía la película.
Vuelven
tiempos de crisis y desolación económica, y el viejo trío Pajares-Esteso-Ozores
ya no se encuentra en las pantallas para consuelo y regocijo de los agobiados
ciudadanos, En su lugar, otros van ocupando su puesto e inventan diariamente
gloriosas estrategias para distraer al personal y conseguir que sigan siendo un
público fiel.
Sin embargo, a muchos nos gustaban más los de antes. Tenían más gracia.
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