martes, 22 de enero de 2013

Comedias de antaño



El cine español ha seguido siempre una trayectoria variable y errática, caracterizándose  generalmente por su falta de medios que en muchos casos se ha suplido con buenas dosis de imaginación. De este modo, junto a obras maestras del celuloide y maestros como Berlanga o Buñuel conviven en el panorama cinematográfico hispánico —por este orden— películas buenas y aceptables, mediocres y obras de titiriteros.

Periódicamente se celebran homenajes y proyecciones retrospectivas de los diversos géneros pero siempre en estos eventos hay autores y actores que son olvidados, cuando no criticados abiertamente de modo injusto. Tal es el caso de las películas de Ozores que protagonizaban Esteso y Pajares. No se puede decir que respondieran a los estándares de calidad aceptados por los críticos, mas es indudable que hicieron reír a aquellos españoles de la Transición, que olvidaban los duros momentos políticos, sociales y económicos de la época en los cines de barrio. Entre chascarrillos, chistes y algunas visiones de tetas y culos la vida se veía de otra manera por un rato.

Hoy se acusa a estos films de casposos, cutres, chabacanos y otras lindezas, pero muchos de esos sesudos intelectuales que despotrican de tal modo, muy frecuentemente se escapaban de las clases de la Universidad para echar un vistazo a la última de Ozores. Por lo menos así lo hacía este escribano virtual junto a sus amigos, entonces unos mozalbetes que consideraban que el solaz y esparcimiento mañanero eran preferibles a una árida clase de Química Heterocíclica o de Técnicas Instrumentales y al placer del escaqueo se juntaba la diversión sin más pretensiones que ofrecía la película. 

Vuelven tiempos de crisis y desolación económica, y el viejo trío Pajares-Esteso-Ozores ya no se encuentra en las pantallas para consuelo y regocijo de los agobiados ciudadanos, En su lugar, otros van ocupando su puesto e inventan diariamente gloriosas estrategias para distraer al personal y conseguir que sigan siendo un público fiel.

Sin embargo, a muchos nos gustaban más los de antes. Tenían más gracia.

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