sábado, 2 de marzo de 2013

La ignorancia es atrevida


Personalmente y, aunque pueda parecer que uno va de sobrado, el que esto escribe ha de confesar que le repatean una gran cantidad de sus compatriotas pues, aunque España sea una gran Nación, muchos de sus habitantes dejan bastante que desear. En este breve opúsculo se intentará explicar las razones que sustentan tal opinión.
A lo largo de los siglos, grandes pensadores han llegado a la conclusión de que los pecados capitales fundamentales de los españoles son la envidia y la soberbia, que tienen sus raíces más profundas en la ignorancia que arrastramos de modo secular. No se debe confundir, a este respecto, dicha ignorancia con la falta de estudios; hay doctores y licenciados que son unos patanes y gente sin estudios con una sabiduría excepcional.
Es frecuente que el paisano común tenga envidia de otro por las razones más nimias: porque es más alto, porque tiene las cejas ganchudas, porque se ha comprado un coche nuevo o porque se ha arreglado el piso por la módica cantidad de 42 millones de pesetas (tales cifras son desconocidas en euros por el autor). Sin embargo, si el envidioso fuera menos ignorante intuiría que no es necesario envidiar a otros, puesto que todos tenemos cosas, bienes materiales y virtudes, y hemos de estar agradecidos por ello y centrarnos en lo que tenemos más que pensar en lo que se carece. Cualquier indígena de los países subdesarrollados sería feliz con la décima parte de lo que posee o tiene un españolito corriente pero aquí siempre nos buscamos metas más altas y nos fijamos en quien las tienen, odiándoles por ello. ¿Hace falta ser más estúpido?
En cuanto a la soberbia, basta ir a una reunión de vecinos, esa aberrante institución que debería estar prohibida por estrictas razones de Salud Pública e higiene mental de la población. Allí se puede comprobar como los más mediocres hacen alarde de su indigencia intelectual precisamente presumiendo de lo que carecen. No es raro encontrarse expertos en las más variadas materias: Electricidad, mecánica, fontanería, Economía, Arquitectura, Contabilidad, Derecho, etc. De todo dogmatizan y todo conocen, pero todo lo ignoran. ¿Razón? La soberbia, que nace de la ignorancia. No saben nada, pero necesitan destacar como sea y ser superiores al resto.
De ahí la gran verdad que encierra la frase del título: La ignorancia es atrevida.
Lo mismo ocurre con la política. Una gran parte de la sociedad, a la que generosamente solo se puede catalogar como populacho, está absolutamente indocumentada, y sus únicas fuentes de información son los amiguetes, algún periódico gratuito y el programa televisivo basura de turno. Con tal elevado bagaje de conocimientos, el atrevimiento de algunos les lleva a pensar que ya lo saben todo y se dedican a pontificar sobre el tema. Cuando alguien les hace ver con argumentos sólidos los errores de su actitud y/o de sus teorías, en seguida sienten envidia del mismo y suplen su ignorancia para contestar con denuestos o insultos hacia el anterior.
Por algo se dijo que la democracia es el menos malo de los sistemas posibles. Estos individuos antes descritos también tienen derecho al voto.
Fuerza y Honor.

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