Hoy es 29 de septiembre, día de San Miguel y festividad
de los Santos Arcángeles Miguel Gabriel y Rafael. Asimismo es el día
cumbre del famoso “veranillo de San Miguel” o “veranillo de los membrillos” que,
además de muchos ciudadanos y políticos, son unos frutos con los cuales se
prepara un delicioso dulce. Esta época suele caracterizarse por un aumento de
las temperaturas al final de septiembre y primeros de octubre tras el primer
coletazo del otoño, que aparece a mediados del mes, sobre todo si el verano fue
seco.
Pero no vamos a hablar del tiempo sino de San
Miguel, que en principio nada tiene que ver con la cerveza, si no fuera porque
un barrio de Manila (Filipinas) llevaba su nombre. Allí en 1890 Enrique María
Barretto de Ycaza inauguró la
Fábrica de Cerveza de San Miguel que pronto comenzó a
exportar a todo el sureste asiático, donde es la cerveza más consumida, aunque
la empresa española es independiente de la matriz original.
San Miguel aparece en defensa de los intereses
divinos ante la rebelión de los ángeles malos; o sea los demonios. Es el
Príncipe de la Luz
y jefe de las legiones Celestiales que luchan contra los Hijos de la Oscuridad para acabar
con la maldad sobre la tierra. El significado de su nombre es una pregunta:
¿Quién como Dios? Es frecuente representarle en actitud triunfante, con un
diablo derrotado a sus Pies.
Además de la doctrina oficial de la Iglesia , existen numerosas
tradiciones y rituales que tienen sus orígenes en la santería popular o en las
creencias de la Nueva Era
sobre el culto a los ángeles, costumbre muy extendida por ejemplo en Estados
Unidos. No es ánimo del que esto escribe establecer un debate sobre la materia,
pero sí puede constatarse que existen curiosos rituales en muchas páginas de
espiritualidad o new age sobre
los ángeles como, por ejemplo, ésta dedicada precisamente a nuestro Arcángel de
hoy:
El día 29 de Septiembre o cualquier día,
podemos colocar una velita azul y escribir en un papel todas aquellas cosas que
queremos desechar de nuestra vida, luego de escribirlas con objetividad y
conciencia , se quema y se le entrega al Arcángel Miguel para que nos libere de
todo lo que no deseamos más en nuestra vida.
A estas alturas de la tarde no me es
posible acercarme a la cerería del Niño del Remedio, famosa tienda de velas y
velones del Madrid antiguo, pero de buena gana me hubiera agenciado unas
cuantas velas azules para ver si nos liberan de todos aquellos funestos
personajes y situaciones que a diario criticamos; tantos se me ocurren que
mejor lo dejo a la libre opinión de los lectores. Entonces sí que España sería
Hollywood, aunque posiblemente este escenario ya no les gustaría a los
titiriteros.